jueves, septiembre 27, 2007

Good morning

Es famosa la escena de Gene Kelly mojado y feliz en Cantando bajo la lluvia, pero esta es otra igual de buena y vital, con el mismo Kelly, Donald O'Connor y Debbie Reynolds, que, en realidad, no cantaba ella, sino otra; todo un chiste si se toma en cuenta que en la película su personaje doblaba a una actriz con voz de gallina.
Esto es grandioso.

La dieta visual


Los japoneses dicen que la comida entra por los ojos. O por lo menos lo dicen Iwao Komiyama. Mi manía de generalizar termina involucrando a una cultura en su totalidad. Por eso, el que hace dieta prefiere no mirar los platos que no le convienen, para no sufrir. Ojos que no ven corazón que no siente; eso es bien conocido. ¿Tiene que ver con represión o prudencia? Comida, amor y sexo se juntan en ese dicho, y en otras tantas metáforas baratas. Igual, los ojos siempre están ahí. Cuando se ama a una persona y no hay respuesta la reacción termina siendo quitarles la vista, eludirlas, incluso hacerlas desaparecer virtualmente.
El rellenito no mira el plato porque no lo quiere comer; el enamorado sin chance no mira su objeto de deseo porque sabe que no lo puede comer.

La dieta de la tirada de goma


Mi límite es la comida naturista, esa de La esquina de las flores, las tartas y pizzas de harina integral y los postres con mijo. Eso me gusta, no se hasta que punto, pero está bien. Más abajo paso.
Ahora, algo que me causa gracia es la onda que le meten varios de los que practican la comida sin colesterol. Están siempre alegres. No, esta comida no es aburrida; probá y vas a ver que delicioso, como lo disfrutás. Y más de uno lo dice con una cara de perdonavidas, como queriendo convencer a alguien que la delicia del mundo está allí, pero que, en realidad, están aburridísimos de no comerse un cuernito. Pero mirá, vas a ver todas la variedades que hay en esta comida; ser ecologista y venas con libre tránsito no tiene porque ser monótono. Y uno sospecha que no se lo creen ni mamados. Es maravilloso, mi vida es más feliz desde que como alpiste. En las dietas asumidas a la fuerza hay una fuerza de voluntad que, a la vez, se traduce en la poca capacidad en el control en la mesa. Pero vos no sabés las variedades que hay en la comida a base de pasto: dos.
La mina que cocina en Good Food, el programa de El Gourmet, hizo bagles de harina integral, los pintó con huevo antes de meter al horno y dijo: "Esto es fundamental, el brillo". Esa tristeza naturista y vegetariana expresada en un barniz para llamar la atención.

martes, septiembre 25, 2007

Tristezas viales


El semáforo de garage puede hablar pero sueña con tener la autoridad del semáforo de tránsito. El de la esquina tiene tal poder que no le hace falta emitir ningún sonido, su sola presencia intimida a los automovilistas. El de garage maneja un tráfico exiguo y no manda, al contrario, lo mandan a él, le hacen cambiar sus luces cuando el usuario lo desea. A lo sumo puede frenar a un par de peatones poco arriesgados. Ni siquiera el semáforo de peatones tiene una tarea tan poco estimulante, que vive a la sombra del grande, y viene con ilustraciones. Él no, nada más que dos luces sin mayores brillos, y que casi no utiliza. No tiene luz amarilla, lo cual elimina el suspenso en su actividad, no puede manipular los deseos del otro. El de peatones también se limita a un par de señales, pero los muñequitos divierten al fugaz espectador; reemplaza el drama por la comedia.
Una vez quiso frenar a un transeúnte infractor que quería cruzar la calle por mitad de cuadra en el momento indebido. Parpadeó y parpadeó pero el gesto nunca dio frutos. Ni siquiera sintió una satisfacción personal; sólo se trataba de un cortocircuito.

domingo, septiembre 23, 2007

La chica de la fábrica de fósforos (1990)



Kaurismäki empieza su película con un paso a paso del proceso de fabricación de fósforos, desde el tronco hasta el producto final. La extensión es Iris, que lo único que hace es verificar que todo sale adecuadamente. Y va más allá, porque la misma eficiencia se comprueba a lo largo de los días, que no son exactamente el paraíso. Dos momentos. Luego de ser despreciada y perder su embarazo, su padre le deja una naranja en el hospital; la escena no termina allí, sino que sigue con el minucioso pelado de la fruta. Más tarde, busca venganza y prepara un brebaje a base de veneno para ratas; asistimos a un cuidadoso corte del sobre con tijeras y la disolución del polvillo en el agua. Dos momentos que implican tensión y desorden, Kaurismäki elige apagarlos con procesos fríos y calculados.
Y todo continúa en esa línea. La misma serenidad con la que hace su labor diaria es la que pone en juego para pelar una naranja o matar gente. Iris vive con sus padres, tiene una vida totalmente gris y nadie la saca a bailar en los salones. La compra de un traje colorado y vistoso, en oposición a la tonalidad azul de su hogar, la lanza al mundo, por decirlo de alguna manera, su padre la trata de prostituta y le echa de la casa, y conoce a un galán berreta. Este vive en un departamento moderno y blanco, distinto a su tugurio familiar. Pasan una noche en la cama, pero ella quiere una relación estable y él la desprecia; entonces Iris busca venganza. Todo el modelo melodramático de la mujer despechada pasa por el filtro ascético de Kaurismäki.
Mantener el esqueleto genérico, sintetizarlo y despojarlo de emociones explícitas produce algunos logros interesantes. Por un lado, se advierte que si bien se usa el melodrama no hay cita de algún texto en particular, así que no se puede hablar de parodia propiamente dicha. El automatismo con el que se desenvuelven los personajes, contrariamente, hace surgir la comedia en el contraste de las nulas emociones con la pretensión melodramática. Iris decide matar a su amante, a sus padres, y también la recibe un incauto que se le quiere acerca en un bar. Es algo que podría detectarse en más de una película: engañada por los hombres no sólo mata a su amante sino que se desquita con cualquier macho que la quiera seducir, y también se deshace de la opresión familiar. Pero no sólo hay una cuestión de exteriorización de emociones. Además de estos últimos elementos, Kaurismäki también se deshace del tiempo (la película dura menos de hora y media) y comprime la trama melodramática en unas pocas escenas. Al no haber mayores explicaciones, mayores llantos que dilaten el tiempo y lleven la trama al pico máximo de tensión previsible en el que todo estalla en los asesinatos, el automatismo y la frialdad de las muertes, así como su exposición una detrás de la otra, aflora la comedia. Una o dos cachetadas no nos hacen reir, pero 100, una detrás de la otra, si. Tampoco vemos las muertes, sólo su causa, ese frasquito marrón, que ya produce gracia con sólo verlo asomar de la cartera de Iris. La autoconciencia de la película no es densa, no hace señalamientos insoportables para que veamos que canchero es el director en el manejo de los géneros. Iris hace su propia puesta genérica, al punto de sentarse en el living a esperar que sus padres mueran envenenados, prender la radio, encontrarse con música de Tchaickovsky, e inmediatamente, y violentamente, la única exteriorización física de su bronca, cambiar el dial para contextualizar su propio estado de ánimo con una música incidental.
Se ha asociado a Kaurismäki con Bresson, lo cual es cierto, pero dejando de lado el halo místico del francés. Si hay un cierto parentesco en las manos y sus habilidades; con Pickpocket, particularmente. La chica de la caja de fósforos llega a la comedia gracias a un calculado minimalismo. La comedia parece surgir de lo cotidiano, aún más en esta película, no como una construcción pensada; hay comedia en todas partes, se podría decir. Algo que comparte con Tati, y mucho más con Tsai Ming-Liang.

viernes, septiembre 21, 2007

Hombres


Si hay un argumento que las feministas pueden usar frente a su sexo opuesto es endilgarle el automatismo.
Los hombres no sólo tienen un nada agradable olor a hombre sino que, también, reaccionan como el perro de Pavlov ante el más mínimo estímulo.
Obra en construcción: la manada chifla y grita casi sin mirar ante algo que sospechan que tiene vagina. No niego que alguien sienta el impulso de expresar sus sensaciones en un momento determinado, pero en el caso de los obreros eso es automático. ¿Por que no lo hacen todos todo el tiempo y si cierta gente? Es algo así como un rol social más, si te toca cierta tarea tenés que cumplir tu función de chiflador. Es un lugar común. En esos casos, prefiero no mirar lo que todos miran.
Conductor: De auto, camión, colectivo; no televisivo. Esta actitud es aún más automatizada. Hay un vehículo, en movimiento o frenado, con su chofer adentro. Pasa una mujer que promete ciertas formas y suena un corto bocinazo. ¿? No entiendo eso. Ese sonidito molesto es parte del paisaje, como los gorriones. Un halago express, un lindo cuarto trasero, una ráfaga, un bocinazo, que más bien es un bocinacito, y chau, desapareció el auto, la mujer que ni se dio cuenta, y todo sigue igual. Estos casos son más graves, ya son el perro y el gato de Pavlov, y el canario, también. Seguramente van charlando con alguien, escuchando radio, pensando en otra cosa, pero ante el estímulo externo hacen sonar la bocina y al segundo siguiente ni recuerdan lo que vieron. Tal vez era un maniquí o un travesti.
He leído artículos sobre si la mujer tiene el cerebro más grande o más chico, si es especial o no. Es verdad que han hecho más avances que el hombre. De todos modos, con semejantes ejemplos expuestos ¿cómo no quieren que la mujer adquiera cada vez más importancia?

jueves, septiembre 20, 2007

Edad

El viernes veía la parte trasera del Si de Clarín, donde opinan tres o cuatro sobre algún recital de esos días. Ponen sus nombres de pilas, sus edades y alguna fotito. Y recordé algo: de cierta edad para abajo están envejeciendo más rápido que los de cierta edad para arriba.
No es un cálculo exacto, pero pongamos un estimativo, los que este año tienen menos de 25 lucen más viejos que los mayores de esa edad. Y me limito a la clase media, tal vez media alta. En las clases más bajas, por diversas razones económicas y penurias varias, muchas veces suele darse este deterioro prematuro.
El citado suplemento de los viernes y un simple paseo por la calle sirve para dar cuenta de esta cuestión. Gente a la que uno le da 25, 27 años y resulta que tiene 18. Arrugas al costado de la boca, bajo los ojos, aspecto cansado, piel suelta, y algo común en todos es la cabellera, que se presenta desganado, arrasado, con entradas profundas, agujeros a través de los cuales se pueden leer los pensamientos, canas, escamas, verrugas, malformaciones... Y lo más sorprendente es en las mujeres. Los tipos más jóvenes ya no lo tienen directamente. Se lo cortan bien felpudito para que no se note tanto, se lo paran con un gel infame para que no se ven los baches.
Uno podría pensar en una generación que se ha tomado todo, que está destruida por la droga, o alguna barrabasada de ese estilo. Pero no, la vejez se nota en cierta gravedad en sus aspectos. Puede ser que no estén destruidos, pero suenan solemnes, demasiados preocupados. Las versiones van desde el que usa buzos con firuletes horripilantes hasta oficinistas grises con sobretodos. Todos tan chicos y ya viendo como hacen para criar a sus 5 hijos, mientras ven a los más grandes como si fueran pendejos inmaduros.
A los mayores de 25, por otra parte, se los ve más relajados, parecen más juveniles, un tanto más libres, despreocupados. Los hijos llegan pasados los 30, o los 35. Y este es otro punto: personas mayores de 30 que aún piensan si tener o no hijos y personas de 21 que los buscan tener ya mismo. Y no sólo buscan tenerlos ya mismo, sino que buscan ya mismo casarse, tener casa propia, responsabilidades y jubilarse a los 40. Hay una generación que pasó la desocupación de hace 10 años, la falta de expectivas, las migraciones y el 2001, que estira la juventud primera para recuperar el tiempo perdido. Hay otra también pasó por eso, pero muy chicos; así que cuando llegó la hora se pertrecharon de un buen aspecto adulto y obligaciones para no desaparecer.
Los de 20 de hoy en 10 años tendrán 40, y los de 30 de hoy en 10 años tendrán 20. Lo digo yo, que tengo 33, me dan unos años menos y soy un retrasado mental.

miércoles, septiembre 19, 2007

Piedras


Varias veces me he sentido cercano a Daniel Auteuil en Un corazón en invierno, película de Claude Sautet que me gusta mucho. Quienes la hayan visto, y se consigue en casi cualquier videoclub, saben de que hablo.
La frialdad a la que remite el título es la del protagonista. Por supuesto, ¿quién podría ser tan destemplado ante los ofrecimientos de Emmanuele Béart? Tal vez haya un cierto placer sádico al pensar que alguien pueda rechazar a semejante belleza, hacerla sufrir y salir impune. Auteuil puede salir impune porque ya está congelado por dentro. Pero esa paralización interior es un misterio. Así que puede parecerle indiferente o presentársele como una venganza cósmica e injusta de una experiencia anterior.
Pero al haber hermetismo no sabemos las causas de nada. Solamente hay una pared en el medio sin siquiera graffitis para encontrarle el sentido de su existencia. Es una excusa a la posibilidad de amar o una defensa contra el sentimiento solitario. Una toma de distancia prudencial no nos hace más felices pero evita la tentación de las pistas falsas, por más que sean tan elocuentes como las palabras de Béart, ante elogios y estimaciones que se detienen donde comienza la vida real.
¿Quién quiere volver a caer en el mismo espejismo? Hay cuestiones a las que se llega tarde, y eso es irreconciliable; más cuando se mezclan con otras de manera inapropiada, y sin que nadie externo se de cuenta, aparentemente. Un espejismo no es otra cosa que eso: cuando llegamos nos damos cuenta que es tarde porque ya no existe.
Pero en vez de estar leyéndome acá, vean la película, que es mucho mejor.

martes, septiembre 18, 2007

Funny games


Recién ahora me vengo a enterar que Michael Haneke hizo una remake de una película propia, Funny games. La original es de 1997 y la de este año la protagonizan Naomi Watts y Tim Roth. De directores que repiten una película propia me viene a la mente el caso de Hitchcock con El hombre que sabía demasiado y Hawks con Río Bravo y El Dorado.
Ahora, en Haneke no se por donde irá el interés, teniendo en cuenta que la historia en sí ya contenía, además de la violencia habitual en la obra del austríaco, una reflexión sobre la manipulación mediática, que nos hace dudar desde donde se están contando los hechos y que tan reales son (en Caché no se podía diferenciar cuando las imágenes pertenecían a los videos del acosador y cuando a la realidad filmada por Haneke). Así que una remake propia podría tener algún guiño para quien ya ha visto la Funny games anterior. O a lo mejor es nada más que una copia plana para saltar a Hollywood. Para los que quieran ver la de 1997, en video está hace años con el poco apropiado título Horas de terror. Se consigue fácilmente.
Aunque con casi 20 años de atraso, deberían estrenar El séptimo continente. En una de esas le ofrecen hacer la versión americana a Dakota Fanning, aunque ya está un poco crecida.

domingo, septiembre 16, 2007

Happy birthday, Alexis

Rewind


Uno se pregunta si está hecho a propósito para molestar o si es sólo la excusa para darle un espacio modesto a alguien para que vaya probando como se maneja con programa propio. Hace un par de semanas que Guillermo López está al frente de Zapping, un programa de más de lo mismo, que ya aburre con sólo leer el nombre, por lo previsible. Realmente, que una productora como Cuatro Cabezas repita la misma melodía es inentendible: repasos de la semana televisiva, algo de archivo, juntamos todo por tema y listo. Y si se llama Zapping ya sabemos de que se trata. ¿No será algún juego semiótico extraño en el límite, hacer más lo mismo de lo mismo sin querer hacer lo mismo, a ver si suena a copia o a intertexto, como hizo Van Sant con Psicosis? Alguna vez van a aparecer los programas que reflexionen sobre las reflexiones que la televisión hace sobre sí misma. Tal vez, Pergolini está esperando que López le de una vuelta de tuerca inesperada.
Lo cierto es que ya no entra un sólo metaprograma más en la televisión. Lo de López no es ni bueno ni malo, es aburrido, cansa, duerme, un clavo sin gusto a nada porque ya todos chuparon de él. Pero no es el único. TVR ya es insoportable. No se bien cuanto dura, creo que un par de horas, en las cuales los informes se hacen de goma. Lo peor es que TVR siempre fue tomado como el programa respetable de la televisión porque nos hace reflexionar. Pero Duro de domar, y el otrora Indomables, pertenecientes a la misma productora, siempre fue infinitamente más fresco y original, pero creo que lo tomaron más para la joda, algo así como un escalón menos serio. TVR es correcto, y listo. Alguna vez fue original y superó a PNP en la cuestión de darle otra significación a las imágenes y armar informes, pero se quedaron en eso. Y peor, pasó a la pontificación, cuando no a la chupada de medias abierta. Pero eso si, vuelve TVR y más de uno lo comenta como la cita obligada de la corrección política, la alternativa a la televisión basura, la oposición a Gran Hermano. TVR ya es un engaño para que el telespectador crea que es inteligente; pero no hace falta mucha inteligencia para ver ese corte y pegue, temas que se ramifican hacia el lado de los tomates, y algo peor, informes que no son más que repeticiones de programas como Policías en acción. Si, eso mismo, reeditar un programa ya hecho, a lo sumo destacar alguna palabra, meterle algún sonidito y mandarlo al aire. Eso ya no es bueno ni malo, es aburrido y, además, vergonzoso. Para después terminar escuchando a la locutra diciendo "Muy buenooo", frase que ya se ha incorporado al lenguaje coloquial, dando el OK a cualquier cosa que, superficialmente, suene intelectual. Y si ellos eran la crítica al puterío televisivo, han dejado de serlo desde el momento que usan su espacio y sus informes para arreglar asuntos personales con Rial o Pergolini. Lo único novedoso, al principio, fue el show de los parecidos, que ahora sólo se sostiene en si uno y otro tienen barba, pelada, o dos ojos.
TVR no se sostiene hace años. Sólo lo sostiene la importancia ganada de hacerse pasar por fiscal de la televisión. Duro de domar si se sostiene, a pesar de ser diario, lo cual lo desgasta más rápidamente. Es un raro caso de algo que surgió como programa de chimentos con Lucho Avilés y llegó a lo que es hoy, echando mano a todo recurso a mano para no quedar pegado a un programa de sopa de videos. RSM también es interesante, y otro que prometía ser más de lo mismo, pero se delizó más hacia el periodismo de espectáculos, y reflotó, junto al magnífico Tortonese, la sección de pasando revista que se había hecho popular en La noticia rebelde. Además, la Mariani dejó de ser una boba, conduce con habilidad, simpatía y estilo propio, y Maju Lozano está cada vez más buena, a pesar de lo que muchos me dicen. Bendita TV parece algo que nombré más arriba, un meta-metaprograma, una parodia maltrazada de Duro de domar, con locutor gracioso, muñequitos, globitos de diálogo y Doman haciendo del Chavo Fucks. Era mucho más estimulante Beto Casella con Rozín en el corto programa que tuvieron hace unos meses, Todo por el aire, que cada tanto pelaban materiales poco o nunca vistos de la televisión de todo el mundo.
Zapping, con la obviedad que es ya desde el título, no tiene más que aportar que las cucarachas en versión de pecesitos, diciendo groserías a mil por hora. Un buen soporífero que ya no tiene lugar.

viernes, septiembre 14, 2007

Momento musical

Coreografía clásica para un tema clásico en Sombrero de copa, de Mark Sandrich, con Fred Astaire y Ginger Rogers, la mejor pareja de baile de todos los tiempos. Repito el lugar común, pero estas películas lo hacen a uno mejor persona.

domingo, septiembre 09, 2007

No tanto descontrol, después de todo




Todos creían que en el cumpleaños de Mauro iba a haber cocaína y pornografía barata. Nada de eso. Había paco y pornografía cara. Hace un mes la reunión fue la fiesta de los Ewoks, esta vez fue el bar del Episodio IV, con banda musical y todo.


Esto no se si es pornografía pero está cerca. Y con un lobo marino. Pero no fue en la casa de Mauro.


Lo curioso es que salieron varias escenas para armar una historia o preguntarse que pasa.
Tres caras perdidas y Silvana III mirando las palomas.


Esto podría ser la escena de una película del nuevo cine argentino.


Se hace cola para hablar con Rallo.


Cecilia en Cinemascope



Nacho es el Sinatra sin New York, el Han Solo sin su nave, el George Clooney sin Soderbergh, Bond sin el Aston Martin.



Una paquetería envuelta para regalo. Paulita y su charla con típico gesto en la boca. Le falta el Campari, los L&M y la Riviera Francesa de fondo. Premio a la mejor blusa.


Toda una puesta en escena para que Alejandra salga con cuernos.

Se compensa con esta foto simpática de ella.


Los Tres Mosqueteros reunidos. No se porque Leia no quiere que la saquen de perfil.

Aprovecho esto para hacer un paréntesis. ¿No debería ser fotógrafo de mujeres? Sus fotos me salen mejor, no tanto así las de hombres. Salvo las de Nacho, claro, pero de eso se encarga mi costado gay.



También me di cuenta que varias fotos sacadas por mí tienen algo de la escritura automática de los surrealistas. Es decir, no hay demasiada pose; no hay, directamente, y se saca sin el más mínimo sentido de la moral.
Así, también, soy de los directores que arman la película en la sala de montaje y no durante la filmación.
Un emoticón se escapó de internet del celular de las señoritas.


Escorzo


¿Esto es una publicidad de cámara de fotos, de una agencia de turismo o ambas cosas a la vez?


Divina, divina, divina, divina. No podía faltar la hermosa Silvana, rubia hitchcockiana, su delicadeza y su nariz estilizada e imponente. Vean que clase para tomar la cámara con la punta de los dedos. Si van a la casa recomiendo que vean el cuadrito de la primera comunión que es una ternura, para tirarle de los cachetes.

Y también hace karaoke. Le deberían haber puesto un tema de Raffaella para que combine con el corte de pelo.

viernes, septiembre 07, 2007

Índice de ambición

Sepa si usted es un cerdo capitalista o un alma blanca socialista respondiendo esta sencilla pregunta:
Cuando saca el boleto de la máquina del colectivo ¿qué retira primero? ¿El boleto o el vuelto?

jueves, septiembre 06, 2007

Siempre hay un día feliz (1955)


Esta película es la tercera de la trilogía dirigida por Stanley Donen y Gene Kelly, luego de Un día en New York y Cantando bajo la lluvia, fue la que tuvo menos éxito y, probablemente la menos conocida. Como en las anteriores hay una relación con los medios masivos, sea el cine, la televisión o la publicidad. Pero, en este caso, el tono es de amargura para el final de la colaboración de ambos artistas.
Tres amigos de la Segunda Guerra Mundial apuestan que 10 años después volverán a verse en el mismo bar para recordar viejos tiempos. El reencuentro se produce y resulta desastrozo: cada uno encuentra a los otros dos insoportables. A partir de allí comienza un musical extraño sin los bailes grandilocuentes y alegres de las anteriores. Los tres se separan y desarrollan esas 24 horas en solitario, o casi, hasta que Cyd Charisse los unirá en un programa de TV que presenta algo así como "historias de vida", algo abominable, con una conductora que ni ella cree en lo que hace. Si la guerra los unió, la violencia los volverá a unir, por unos minutos, cuando, en plena emisión, se desata una pelea con gangsters que buscaban a Kelly.
Y si dije que no hay bailes grandilocuentes no es que sean aburridos o que no luzcan. Quiero decir que no son la expresión de la alegría y el éxito, como suele ocurrir en otras películas, sino de una forma de acompañarse a uno mismo en la soledad, como ocurre con el canto. En una parte, la pantalla se divide en tres y muestra a los protagonistas bailando, cada cual en el lugar en el que se encontraban reflexionando solitariamente. La tecnología utilizada en reemplazo de la amistad y la alegría. O la bebida. Al comienzo, aún soldados, hacen el único número en conjunto, pero bajo los efectos del alcohol. Uno de ellos hace un número borracho en una reunión con su jefe del trabajo. O sino hay un musical interno: en el almuerzo del restaurante, la orquesta toca Danubio azul, que sirve de base a cada uno para cantar, mentalmente, lo inconveniente del encuentro. Toda una variedad de decepciones que la televisión quiere mostrar como algo tierno. Hay personas que no deberían juntarse nunca. O tal vez no, es muy pesimista; lo deberían hacer sólo en ciertas circunstancias, en este caso, el peligro que otros pueden correr. Pero la amistad es algo más que cuidarse las espaldas.
Kelly será más feliz al conocer a Charisse, aunque no interpretan nada juntos en todo el metraje. Ella, la mujer organizada y cerebral, se da vuelta y hace su coreografía en un gimnasio de boxeo lleno de hombres deseantes, que, a la inversa, muestran, en este caso, un aspecto de universitarios delicados. Otro raro tramo como expresión de deseos. Y a no desfallecer, que Kelly realiza su maravilloso número en patines por la ciudad lleno de esperanza, luego de escurrirse de la mafia y de besar a su chica. El momento más luminoso del film entre tanta desazón, menos conocido pero igual de liberador que el ya célebre de Cantando bajo la lluvia.
El género musical, con su ambición de feliz comunidad, tiene aquí un delicioso y amargo ejemplar, raro, tal vez mejor que Bailarina en la oscuridad, para ver en momentos en que no queremos tantas sonrisas pero tampoco suicidarnos.

martes, septiembre 04, 2007

Cine en cable - Septiembre


Martes 4
Lo que queda del día (J. Ivory, 1992); AXN, 12:00 hs.
El gran McGinty (P. Sturges, 1940); Retro, 22:00 hs.

Miércoles 5
Viñas de ira (J. Ford, 1940); TCM, 19:45 hs.
Embriagado de amor (P.T. Anderson, 2002); People & Arts, 22:00 hs.

Jueves 6
La venganza del muerto (C. Eastwood, 1972); Retro, 1:30 hs.
El oro de Ulises (V. Nunez, 1997); MGM, 19:55 hs.

Viernes 7
El cómico de la familia (B. Crystal, 1992); TNT, 12:00 hs.
Calles de fuego (W. Hill, 1984); The Film Zone, 20:00 hs.

Sábado 8
El mundo en sus brazos (R. Walsh, 1952); Cinecanal Classics, 8:25 hs.
El sentido de la vida (T. Jones, 1983); A&E Mundo, 11:00 hs.

Domingo 9
Vestida para matar (B. De Palma, 1980); Retro, 1:30 hs.
La rosa púrpura del Cairo (W. Allen, 1985); Cinecanal, 14:05 hs.

Lunes 10
The Truman Show (P. Weir, 1998); Cinecanal, 16:00 hs.
El día después de mañana (R. Emerick, 2004); FX, 22:00 hs.

Martes 11
La colina de los ojos malditos (W. Craven, 1977); The Film Zone, 5:30 hs.
Frenesí (A. Hitchcock, 1972); TCM, 23:55 hs.

Miércoles 12
Poder que mata (S. Lumet, 1976); Retro, 22:00 hs.
La profesora de piano (M. Haneke, 2001); I-Sat, 23:00 hs.

Jueves 13
Vitaminas para el amor (H. Hawks, 1952); Cinecanal Classics, 16:40 hs.
La piel suave (F. Truffaut, 1963); TV5, 20:30 hs.

Viernes 14
Fargo (J. Coen, 1997); AXN, 2:00 hs.
El vengador invisible (W. Dieterle, 1950); Cinecanal Classics, 17:15 hs.

Sábado 15
El hombre que sabía demasiado (A. Hitchcock, 1956); Film & Arts, 3:00 hs.
La terminal (S. Spielberg, 2004); Fox, 22:00 hs.



Domingo 16
De mendigo a millonario (J. Landis, 1983); A&E Mundo, 00:00 hs.
Lugares comunes (A. Aristarain, 2002); Volver, 22:00 hs.

Lunes 17
Amor que mata (R. Siodmak, 1945); Cinecanal Classics, 17:05 hs.
Gran hotel (E. Goulding, 1932); TCM, 22:00 hs.

Martes 18
Bésame mortalmente (R. Aldrich, 1955); Retro, 00:10 hs.
Milagro por un día (F. Capra, 1933); Retro, 22:00 hs.

Miércoles 19
Vive como quieras (F. Capra, 1938); Retro, 00:45 hs.
Los inocentes (J. Clayton, 1961); Cinemax, 7:25 hs.

Jueves 20
Casablanca (M. Curtis, 1942); TCM, 00:00 hs.
Una chica linda como yo (F. Truffaut, 1972); TV5 20:30 hs.

Viernes 21
La rosa del hampa (N. Ray, 1958); TCM, 1:30 hs.
Sublime obsesión (D. Sirk, 1954); Cinecanal Classics, 18:10 hs.

Sábado 22
Belle epoque (F. Trueba, 1992); Europa Europa, 11:35 hs.
El regreso del Jedi (G. Lucas, 1983); Fox, 17:30 hs.

Domingo 23
El último gran héroe (J. McTiernan, 1993); TNT, 6:00 hs.
Los cazafantasmas (I. Reitman, 1983); Space, 19:45 hs.

Lunes 24
Códigos de guerra (J. Woo, 2002); Film & Arts, 1:00 hs.
Amarga Victoria (E. Goulding, 1939); TCM, 20:10 hs.

Martes 25
Locos de ira (P. Segal, 2003); People & Arts, 1:00 hs.
Cortina Rasgada (A. Hitchcock, 1966); Film & Arts, 20:00 hs.

Miércoles 26
La fuga (S. Peckinpah, 1972); Cinemax, 7:00 hs.
Texasville (P. Bogdanovich, 1990); TNT, 7:45 hs.

Jueves 27
Lluvia negra (R. Scott, 1989); AXN, 12:00 hs.
Ángeles con cara sucia (M. Curtis, 1938); TCM, 20:20 hs.



Viernes 28
Los asesinos (R. Siodmak, 1946); Cinecanal Classics, 18:30 hs.
Las confesiones del señor Schmidt (A. Payne, 2003); Fox, 17:00 hs.

Sábado 29
La fiesta inolvidable (B. Edwards, 1968); A&E Mundo, 11:00 hs.
Tiempo de vivir, tiempo de morir (D. Sirk, 1958); Cinecanal Classics, 16:35 hs.

Domingo 30
Arabesque (S. Donen, 1966); Cinecanal Classics, 11:35 hs.
Toy Story 2 (J. Lasseter, 1999); Disney Channel, 22:00 hs.

domingo, septiembre 02, 2007

Amarillo por el tiempo


Temía lo peor de la película de Los Simpson y no fue tan así. De todos modos, me cuesta entender tanta obsecuencia. Las críticas que he leído dicen todas más o menos lo mismo. La elevación a la categoría de religión que pregona la Fox se ha hecho realidad, nadie parece animarse a dar un paso al costado por miedo a la furia del Dios. Se sigue escribiendo y diciendo exactamente las mismas obviedades que hace 15 años sobre la serie. En Argentina la han convertido en un juego de mesa lleno de complicidades. Cada temporada se comenta en los medios como si no hubiera pasado nada en el medio. La adicción acrítica continúa y nadie puede precisar de que se trata.
La película continúa con la centralidad en Homero, aunque no está tan idiota como en los 9 últimos años, la crítica social no es tan chata y obvia como se podía esperar y tiene algunos momentos logrados, como el de la cabaña y los animalitos que ayudan a mudar de ropa. La sensación general es la de haber querido volver a una línea más narrativa que de momentos aislados, armar una buena historia que no se sostenga exclusivamente en los guiños. En cierta medida lo logra, pero eso no es un hallazgo ni un nuevo logro en el caso de Los Simpson. En tal caso es una recuperación parcial de algo que supieron tener alguna vez, el escape de la fragmentación televisiva mediante recursos cinematográficos. En el sitio de El amante, Agustín Campero destaca que hay mayor audacia en los movimientos de cámara y que se permite travellings, pero siempre, a pesar de su formato de exiguas pulgadas, buscó darle un valor dramático a cada plano,incluso jugar con ellos, para diferenciarse como producto televisivo. Por supuesto, la pantalla grande y las nuevas tecnologías permiten aumentar el placer, pero ¿hay algo más allá de eso? Solamente la enumeración de gags, como el de Ralph en las letras de la 20 Century Fox, comentado en Miradas de cine, donde se lo cataloga de inesperado y magistral, como si ya no fueran décadas de jugar con el logo del estudio en más de una producción. Un tal Joaquín Vallet, que es quien escribe lo citado un punto atrás, agrega que "sin hipocresías ni medias tintas y sin necesidad de sermonear (como sí hacía Al Gore en su lamentable Una verdad incómoda, al que el film realiza un pequeño guiño), la película trata el problema desde la más absoluta seriedad, convenientemente exagerada para que el espectador potencial tome verdadera conciencia de la situación", lo cual es un desmadre porque el tema ambiental apenas sirve para disparar otras situaciones, queda a mitad de camino, como la historia de Lisa con el hijo de irlandeses, y, ya que estamos con los términos aparatosos, la cuestión más descarnada en Two cars in every garage and three eyes on every fish cuando Burns se ve obligado a comer el pez de tres ojos que produjo la contaminación de su planta.
El chancho que Homero toma de amigo/amante empieza y no se sabe donde termina. La broma del cerdo-araña fue festejada en todos lados y es francamente irrisoria ante cualquier otro número musical de mejores épocas.
Muchos adjetivos, siempre los mismos, que no explican nada. Es una emoción que parece superarlos a todos. No debo haber leído críticas más escuálidas en mucho tiempo, más allá del escribiente que se trate.
Desde ya que la película es aceptable, correcta, y hasta levanta y aprovecha la plasticidad del dibujo en las escenas de humor físico, pero cualquier capítulo anterior a 1998 la supera sin ningún esfuerzo. Y aunque el fanatismo no deje ver ni el árbol ni el bosque, es sintomático que cuando se hacen listas de episodios favoritos casi ninguno, o ninguno, pertenezca a los últimos 9 años. Tampoco hay momentos, gags o temas musicales que hayan quedado en la memoria en este último periodo. La idiotización inhumana de Homero, el mayor peso de las voces invitadas y el aire de desenfreno y quilombo general en el pueblo le quitaron la densidad que poseía. Por no mencionar que la crítica social se hizo mucho más burda y pegó más fuertemente en estos pagos, deseosos de ver como los norteamericanos se tratan como primates estúpidos. Si bien la película se ha vuelto más sutil en ese sentido, algunos prefieren seguir escribiendo generalidades sobre lo "corrosivo" que es el dibujos, lo mismo repetido miles de veces y nunca detallado. Algunos se decepcionaron porque no habían más palos en la película. El antinorteamericanismo se volvió una moda, la industria la aprovecha y todos quedan contentos. La denuncia con el dedo, el subrayado y la paranoia general no han dejado lugar a las sutilezas ni a las segundas interpretaciones. ¿Qué visión tiene hoy la serie sobre el sistema norteamericano? Seguramente lejana a la red de micropoderes que exponía Springfield, y que permitieron un episodio como Lisa, the iconoclast, con el desenmascaramiento del fundador de la ciudad y la ficción que implica el nacimiento y mantenimiento de una sociedad, con sus pros y sus contras. La ambigüedad era una de sus características y nadie podía decirse con el poder absoluto. Hoy, Homero no es que sea ambiguo y pueda desear matar a su familia, simplemente está loco, es un inimputable.
Otro tanto hicieron los traductores con su trabajo, parafraseando al refrán, llegando a agregar una frase de Mariano Martínez en boca de Homero. Humberto Vélez ha pasado por tantas radios que ya es insoportable. Y ni hablar de las abominables formas que tomó Homero en las remeras, al punto de estamparlo jugando con Ginobilli o haciendo el gol de la mano de Dios. El cabeza de familia fue desbarrancando hasta convertirse en un tipo con la cadena suelta, y en Argentina se volvió realidad. Conviertieron a la serie en una justificación de sus fracasos.
Que hoy se elogien elementos de la película que alguna vez tuvo la serie es no querer despegarse del chupete. Algunos dan la sensación de no haber visto nunca la serie (¿Están seguros que Maggie dice su primer palabra?). Si Los Simpson hubieran empezado este año en este estado serían algo novedoso y muy bueno, pero han sido a la televisión lo que Psicosis al cine de terror: un punto de referencia que no permite volver hacia atrás. Groening debería haber sabido retirarse a tiempo y continuar con Futurama, sin la más mínima duda.