miércoles, enero 31, 2007

Sitcom de Ejes: Aceitunas

Empezaron gritos desde una ventana del piso de arriba. Una mujer de Rusia, o de Ucrania, o de algún lugar ex Unión Soviética pedía que nadie en la oficina hablase porque quería dormir a las 6 de la tarde. Entre la diferencia horaria y el jet lag no hay quien aguante. Pasa que arriba de Ejes hay una Babel de extranjeros, pero con los que hasta ahora no había habido problemas.
Entonces ocurrió que cansada de gritar, la rusa empezó tirando una bola de papel, para terminar lanzando el líquido de unas aceitunas, para horror de la nieta de Mildred Burton, que fue salpicada. Mónica fue arriba, le pegó dos gritos a la mina, y después la rusa entró en la oficina hablando entreverado, buscando de donde venían las voces. Tal vez, una paranoia residual de los tiempos de la KGB. Brenda, la alta Secretaria de Una Semana, no entendía nada de lo que pasaba, y se debe alegrar que sólo está cumpliendo un papel transitorio. La rusa desapareció, y el olor a aceitunas se aferró un poquito más. Es un lindo olor. Faltaba Danka para reestablecer las relaciones diplomáticas con Europa del Este.

N.de la R.: Cuando se refiere a líquido de aceitunas, entiéndase que es eso, el líquido que mantiene a flote a las aceitunas en el frasco, porque existe una acepción inmunda que se refiere a la orina, cuando se dice "Voy a cambiar el agua de las aceitunas" para significar el acto de ir al excusado.

Antigüedad

Siempre es bueno entrar en la librería de usados de Avenida de Mayo y Perú. Compré dos libros de Anatole France a 3 $ cada uno, pero uno lo llevé por el agregado que es de 1909, de una colección del diario La Nación. Además de tener una decoración muy linda, es increíble lo bien que se mantiene la encuadernación con tela y cosida, bien fuerte. Nada que ver con los pegamentos baratos que les ponen hoy. Pasaron casi 100 años y está como nueva.


martes, enero 30, 2007

sábado, enero 27, 2007

unplugged

Hace día y medio que no tengo Internet en casa y es una incomodidad no poder sentarse tranquilo a escribir, y tener que recurrir a un cyber. La vida moderna suma extensiones necesarias para respirar, y creo que me gusta esa sensación. Nunca he sido un purista que se cree más humano porque no usa licuadora.

martes, enero 23, 2007

Muñequitos

En el Barrio Chino me compré uno de esos gatitos japoneses que mueven la patita. Creo que es para la prosperidad, o algo así, o la desgracia, que se yo, pero me gustan. Y un elefantito que está magníficamente elaborado, con detalles, y sólo costó 3 $.
http://www.youtube.com/watch?v=IgcFrB9q2pQ

Barba

Creo que nunca me había crecido tanto la barba. Y no es mucho que digamos. Me parece que me gusta que crezca un poco.

lunes, enero 22, 2007

Hishe susi... hice sushi...

¿Es usted una bolúa? (Octubre - 2005)


Bolúa: Nuevo espécimen urbano, cercano al cool pero con menos pretensiones intelectuales.
Esta es la definición que encontré en El Diccionario de las Cosas Nuestras, Losada, 2005. La duda me surgió luego de ver el anuncio adjuntado aquí, publicado en La Nación Revista. Una marca que se llama Como quieres que te quiera, surgido de una canción tan de bolúa, es algo increíble.
Por lo que he constatado, la bolúa aumenta su grado de tal según el corte de pelo. Si el mechón le tapa todo el ojo ha llegado al punto más alto de boluismo. La bolúa ostenta una gran pulcritud, no importa su extracto social, y tiene un toque de artificialidad que es directamente proporcional al grado de ocultamiento de uno de sus ojos por parte del mechón de cabello. La bolúa tiene dos dimensiones, a modo de esas figuras de carton desnudas a las que se puede cambiar con ropas de papel. Cada parte es perfectamenete separable, está todo claramente delimitado. Pantalón con amplias botamangas o calza con faldita. Remera sobre remera, o una prenda que simula esa conjunción. La guillermina, que hasta hace pocos años era calzado de vieja, o de chica de otros tiempos, o de fea, hoy lo usan las bolúas más lindas. La bolúa es aún más bolúa cuanto más aumenta su cotillón, es decir, estrellitas en el pelo, alguna en la cara (esto se da más entre bolúas menores de 15 años), antenitas o tiaras (algo así como la reina de la boluez). La bolúa oscila entre los 12 y los 25 años, y su cabellera es voluminosa. La bolúa no sería nada, por más que se pongan encima todo lo nombrado hasta aquí, si no fuera por su actitud remarcada; la bolúa necesita subrayar que lo es, y por eso el rápido y fuerte impacto visual que provoca. La bolúa no usa, o casi no usa, piercing. La bolúa es una mariconada en versión femenina. No le da el pinet para ser una cheta, ocurre que el chetismo se ha expandido hacia otros sectores, como entre los cool. Y, como vimos en la definición, la bolúa se mezcla entre los cool pero no lo llega a ser. El cool tiene ambiciones intelectuales, la bolúa no. La bolúa disfruta de su actitud evasiva, del nevermind, es pura imagen. Nada es su palabra favorita, igual que las chetas, pero las chetas, para no sentirse excluidas, cada tanto gustan de simular su cercanía con el mundo de la cultura, digamosle así, elevada. Y ahí está el tema. La bolúa es desprejuiciada, no le molesta que la traten de bruta, cosa que si a la cheta. Y otro punto importante es que la bolúa, y por eso lo de pura imagen, simula una actitud distante, y a veces de no me toques, pero, a diferencia de la cheta, se entrega fácilmente, aunque tenga 13 años, a los placeres sexuales, a besos múltiples, y al lesbianismo. El lesbianismo es otra característica importante que la acerca más al territorio cool que al victoriano de las chetas. Y como puro artificio que son, no podía faltar la alta tecnología para completar el cuadro. La tecnología digital, las camaritas de fotos en particular, además de haber aumentado el nivel de putismo de nuestras adolescentes, son un instrumento fundamental para documentar la vida de la bolúa, al punto que la bolúa existe más virtualmente en su cámara que en la vida real. Los fotologs de internet abundan en este material, que ya he tratado en extenso, con una media lengua que haría empalidecer al hombre más analfabeto del país. La bolúa no tiene ideología, a diferencia del cool, que es de izquierda con gustos de derecha. Alguna vez vi una bolúa apoyando a Fidel Castro, pero era más una actitud tierna hacia un anciano que una posición política tomada.
Para terminar, una adorable bolúa se pudo ver hace poco en el programa de Susana Giménez, la hijita de Ginete Reynal, una bolúa a prueba de balas que sólo respondió: Nada (o náa), cuando le preguntaron que resaltaba de su madre.
Muchas gracias y hasta otro momento.

Niní Marshall


Me bajé varios de Niní, cuando estaba en la radio con Juan Carlos Thorry. Son fabulosos. Acá uno de catita.

http://rapidshare.com/files/12789454/01_-_Catita_-_La_desaparici_n_del_Mingo.mp3

domingo, enero 21, 2007

MP3


Radio Cooperativa tiene un separador institucional que dice algo así como "estamos en tu casa, en tu auto, en tu walkman", y después dice "¡Qué invento ese! ¿No?". Hablar de walkman hoy día y sorprenderse como si fuera el descubrimiento del fuego parece algo anacrónico. Hoy ya nadie anda con walkman. Hoy está el MP3, y algún arcaico que todavía carga con el discman. Pero lo repensé y me di cuenta que está bien, aunque ya nadie ande con los casettes encima. Radio Cooperativa es de AM, y me acordé que los pitutos del MP3 no traen esa banda, solamente tienen FM. La única forma de escuchar AM es con algún adminículo más viejo. No entiendo porque los MP3 no son fabricados para tener AM; no se si será por una cuestión técnica o porque creen que el que tiene el aparatito sólo se interesa por la música en FM. Yo escucho mucha AM en donde haya personas hablando; a veces estoy en el bondi y el cosito ese no me permite el placer de la realidad pesada que sale por esa banda. ¡Que alguna marca produzca el cambio y complete al MP3!
Las nuevas tecnologías son cada vez más increíbles, como es que en 30 años la música portátil se pudo comprimir en una pastilla. Lo moderno no quita, de todos modos, que se vuelva a antiguas modalidades. Ya desde el walkman, el uso de auriculares revivía la forma en que se escuchaba radio cuando se usaba la piedra agalena para sintonizar. No había parlantes y todos se enganchabas con sus auriculares cerca del aparato. Lo mismo ocurría con algunos fonógrafos.
Y la tecnología digital en las cámaras fotográficas obligó a tomar posiciones frente al aparato parecidas a las de máquinas de hace más de medio siglo. En la digital, el fotógrafo se aleja de la cámara para encuadrar con el display; ya no tiene que mirar por el agujerito. En viejas cámaras, el fotógrafo la sostenía a la altura del estómago y miraba de lejos, también, por una pantallita, digámoslo así, que reflejaba lo que estaba delante de la cámara.
Es una reflexión sobre el reciclamiento, nada más. Pero quiero MP3 con AM. Eso solo.

viernes, enero 19, 2007

Fontanarrosa

Finalmente, el fabuloso Fontanarrosa se tuvo que retirar del dibujo, no así de sus ideas y guiones, porque la esclerosis múltiple no le permite controlar su mano derecha. El domingo, en Viva, dejó una carta.

miércoles, enero 17, 2007

Gorriarena


Hoy murió el pintor argentino Carlos Gorriarena. No creo poder decir demasiado de su obra, pero me atraían fuertemente sus cuadros, coloridos y con una mirada sobre las clases y los poderes en el país.

martes, enero 16, 2007

26 años después...

Cumplió años Natalita, la sonrisa más grande y blanca de Ejes, y tuve la buena idea de comprarle un especiero. Fue raro, no hubo mucho festejo, se tenía que ir y ni tuvimos tiempo de avisarle a los demás. Fue como una fiesta privada. Sabrina y yo fuimos, le entregamos el regalo y aplaudimos, con la presencia de Mariano y Ezequiel. Pasa que, encima, faltaban las otras del trío, Cecilia y Silvana.
Ahora que empezó a cocinar le va a venir bien el especiero, para no tener en bolsitas las especias, que, por lo que se, algunas no sabe de que son. Ojo con lo que usa, a ver si le pone canabis a la pizza pensando que es orégano. Hay que adiestrar el olfato.
Como casi no la veo, fue una novedad verla con anteojos.



Probé otro tipo de torta de la Hermana Bernarda, una especie de lemon pie pero de naranja, medio pegajos para agarrar, pero bien, sin servilletas pero con pedazos de papel, como es la tradición en el laburo. La receta era con pedacitos sobre la crema de naranja, así que aproveché eso para escribir el nombre, o un cacho del nombre. Solamente una vez había hecho con más de una letra, pero ahora van a ser así todas, se acabaron las iniciales. O, por lo menos, habrá más letras para cierta gente, como Natalita, que es tan tierna que me dan ganas de pellizcarle una mejilla.





¿Un especiero puede contener, indistintamente, especias y especies? Se pueden usar los tarritos para criar especies animales, o, directamente, producir genéticamente las propias, una nueva raza que sea el comienzo del fin de la especie humana. Muy lovecraftiano, ¿no?

domingo, enero 14, 2007

Arqueo de caja

Muñequitos de Jack.

El mate, el matecocido, Gran Hermano y el menemismo

Comenzó otro Gran Hermano, no se como, después del fracaso del de 2002, y Orwell debe estar contentísimo. Alguna gente linda, otros que se hacen los lindos, un tumbero, un futuro gato y Rial diciendo algo que suena sincero pero que sabe que nadie se lo cree, entonces siempre tiene ese gesto lateral de la boca para autodenunciarse.
Hay dos posiciones Gran Hermano. Una es sentado y con un almohadón encima. La otra es tomando mate, levemente encorvado hacia adelante, con la mirada fija en el otro, con el solo ruido del aire y el líquido de la bombilla que pasa por el mate. Y esta última me parece sumamente desagradable. Es que es la posición mate, en realidad, ese símbolo del compañerismo argentino que hará unos 13, 14 años se extendió a la juventud. De más chico recuerdo el mate como algo familiar, de gente más grande. A comienzos de los '90 se volvió canchero y todos los menores de 18 tomando pavas y pavas de mate, aprendiendo técnicas para cebarlo correctamente, y, por supuesto, tomarlo sin azúcar, aunque les de asco; es más gaucho. La juventud de clase media argentina le quitó la soberanía sobre el porongo a los viejos y a los chicos bien, que, claro, lo tomaban porque era una costumbre patricia. Esa juventud media dejó la gaseosa y empezó con el mate bien amargo en contra del menemismo (hay una famosa agrupación de izquierda llamada Mate Amargo), sin azúcar, y menos con edulcorante, endulzante sintético que no tiene nada que ver con la tierra, debe ser algo que nos quieren meter los yankis. Y recuerdo el 1994 de grupos de adolescentes en Villa Gesell tomando pavas enteras, cuando un año antes no salían de la Coca. Claro, había que hacer la revolución contra el Menemato. Entonces, si ellos toman champagne y manejan Ferraris, nosotros tomamos mate bien amargo, y en la playa, pero entre jóvenes, nada de sentarse con los viejos. El mate tiene que ser bien amargo porque la izquierda tiene que ser amarga y adusta; para divertidos están los derechosos y sus fiestas en New York City. Entonces, en esa primera mitad de los '90 se era muy de izquierda con jeans Mango. Un poco de ostentación no está mal, después me lavo la conciencia con el agua hervida verdosa.
Estamos en 2007 y el mate quedó, pero ya nadie piensa hacer una revolución con eso, salvo los de Mate Amargo. Ahora ya se toma sin posición militante. Nos hemos vuelto uruguayos y tomamos mate en cualquier ámbito. Ahora ya no importa lo que se le ponga adentro; mate con jugo, con cáscara de naranja, con pis... Ahora se toma desde la casa de Gran Hermano, encorvado, con la vista perdida, sin ganas de subvertir nada y con la cultura de la imagen a cuestas. Los análisis a la violeta que se hacen sobre los efectos de la cultura de los '90 se hacen desde dentro de la casa de Endemol. Ese silencio que se forma en la ronda del mate, donde sólo reina el ruido de la chupada, la respiración corta para airear la boca y no quemarse con el agua... no me gusta... esa intimidad, esa promiscuidad, es momento de miradas y pensamiento en bombilla... Cuando tenía menos de 12 años tomaba bastante mate, y cuando todos comenzaron a tomar yo dejé, y he optado por el matecocido. Yo siempre con ese gusto de estar al margen del margen. El matecocido sigue siendo proletario, suena a taza de lata abollada, no da para mucho porque sigue siendo grasa, aún para los grasas. Yo lo llamo el mate egoísta. Lo tomo con edulcorante, acompañado de facturas, biscochitos o pan dulce. Se disfruta el sabor en cantidades más generosas y no hay sorbidos.
Lo que aún no ha sido adoptado por la juventud de clase media, hoy palermitana, es el moscato, del cual yo hago culto. En los '90 comenzó el boom de la cerveza, y, hoy día, más de uno dice que es infaltable esta bebida acompañando la pizza. Una animalada. Recuerdo una vez en Las Cuartetas, allá por el '93, todos pidiendo cerveza; yo pedí un vaso de moscato, y cuando me lo trajeron todos lo miraron como si nunca hubieran visto el vino, y me dijeron: ¿Vos te vas a tomar eso? Bueno, hoy día ven al moscato como algo demasiado fuerte, aunque después se tomen 3 botellas de cerveza seguidas. Pero, bueno, ahora es tradicional el gusto áspero de la cerveza con algo salado como la pizza, y no el contraste con el dulce del moscato. Ahora que me acuerdo, hace unos meses vi, en el Gourmet, a Dolly Irigoyen hablando que lo infaltable con la pizza era el moscato. Estaba haciendo un programa en Güerrín y clavándonse una porción con un vasito. Brindo por esa señora paqueta, contra la medianía de la juventud cervecera.

Si a la cultura menemista del champagne se le oponía el mate, hay que ver que se le opone a la cultura kirchnerista del cordero. A lo mejor volvemos al marrón glasé.

sábado, enero 13, 2007

Un universo aparte

Las comedias de Jerry Lewis no se parecen a nada. Me refiero a las dirigidas y (casi siempre) escritas por él. Antes actuó en películas de otros, como en las que compartía cartel con Dean Martin, y con directores reconocidos, como Norman Taurog y Frank Tashlin. Son comedias con un tiempo propio; muchas veces se le ha criticado el alargamiento de escenas, los sobreentendidos, la falta de ritmo o, en algunos casos, la demasiada centralidad de su persona. Hasta en algún ataque de sentimentalismo en el que puede llegar a caer. A veces se hacen ciertas esas aseveraciones, pero, a cambio, Lewis deplegó su propio universo anárquico, sus personajes siempre inadecuados al ambiente en el que viven y un aprovechamiento fenomenal de los espacios y objetos, que siempre escapan a su control. Hace 10 años eran películas muy difíciles de conseguir, salvo El profesor chiflado o El terror de las chicas, que en video o en televisión estaban al alcance. Ahora, el DVD ha traído un par más, De golpe en golpe y El ingenuo. Espaciadamente he ido viendo algunas en los últimos seis años, un par en televisión y una en la Hebraica. Pero siguen sin ser las más difundidas del actor. Hace un año me asocié, finalmente, a Liberarte, y ahí encontré que tienen una buena porción, y vi Cracking up, de 1983, la última que dirigió. Decir que vi la película es incorrecto. En verdad, la volvi a ver, porque recuerdo haberla visto de muy chico en estreno, con mi familia. En mente tenía alguna imagen débil, como la escena en que Lewis se quiere ahorcar y termina derrumbando el edificio; hasta hice un dibujo de eso después del cine, que no se si lo habré guardado. Pero el recuerdo me volvió cuando, hace varios años, leí sobre esta película en un dossier sobre Lewis. Acoto que cuando se estrenó acá la llamaron Más loco que un plumero, otra aberración de los fabricantes de títulos para el público hispanoparlante, que suena más a un tonto simpático. Así que mejor el título original para esta comedia con ribetes siniestros.
Su última película terminó siendo un compendio de todos sus personajes anteriores, pero en una clave más pesimista. Aquí, Lewis ya no es solamente un inocentón inadaptado; ahora ya es un fumador depresivo con tendencias suicidas que recurre a un psiquiatra para intentar resolver sus problemas. Los espacios siguen siendo un protagonista más, lugares impresivibles para el protagonista, ingobernables, pero, en este caso, no es la casa de muñecas de El terror de las chicas, en la que abría una puerta y se encontraba con una estrella, sino que es el consultorio del psiquiatra, lustroso, resbaladizo, intransitable. Y está el universo propio, la lejanía con cualquier forma de realismo posible, en este caso, exacerbada aún más por lo desquiciado del protagonista, que no sabemos si las cosas son como se ven o si es lo que él se imagina. O, aún peor, su locura, tal vez, sale, toma formas concretas e invade la realidad. De hecho, su curación termina afectando al psiquiatra. Cuando Lewis pierde su acrofobia en lo alto de un edificio, el doctor es apresado por una mano gigante y peluda, un King Kong, supongo, y cuando, en una sesión de hipnosis, el psiquiatra le ordena que cuando diga la palabra "Smorgasbord" el comenzará a actuar como un ciudadano normal, totalmente seguro. En el momento que eso ocurre, el psiquiatra recibe una trompada por querer prender un cigarrillo (en tres o cuatro oportunidades, a lo largo del film, un personaje de una institución antitabaco golpeaba a Lewis cada vez que tenía ganas de fumar), produce un accidente, varios autos chocan y la ciudad se vuelve un caos, mientras Jerry se va caminando tranquilo con una chica que conoció en ese momento. Algo que en terapia llaman transferencia, pero aumentada y devastadora. Sobre el final sale del cine de ver una película llamada Smorgasbord. Lewis va más allá y nos dice que se hace el tonto pero que, en definitiva, él es quien fabrica la realidad y nos pone en la cara nuestros miedos más oscuros en la convivencia con el prójimo. En la excelente película de Carpenter En la boca del miedo, Sam Neil también terminaba en un cine viendo una película llamada En la boca del miedo, que contaba lo mismo que habíamos estado viendo durante todo el metraje, la búsqueda de un escritor que terminó siendo el escritor del futuro de la humanidad y de la actual devastación de la humanidad por parte de una especie monstruosa. Sam Neil era nada más que un privilegiado testigo de este eclipse de la raza humana, de un relato que manejaba el destino del mundo. En el caso que nos ocupa, Jerry es el escritor del universo, no hay nadie más por encima de él, y él es quien impone las reglas. Cracking up es un compendio de su universo y de todos sus personajes anteriores y, a la vez, la explicitación de su condición de creador, que, después de todo, hay una salida y cada uno es artífice de su destino. Aunque en esa salida final de cine se encuentre con la camarera insoportable que tuvo su lugar en el episdio del restaurant; una vuelta más de tuerca, que no deja ni al creador libre de lo imprevisible.
Su último film está entre los mejores de su producción y es un exorcismo a todos sus tortuosos personajes anteriores.

viernes, enero 12, 2007

Snack alternativo

He descubierto que se pueden suplantar los palitos y pretzels malteados que se venden envasados. Se toma una galletita sin sal Granix, se le pasa la lengua por arriba y encima se le ponen unos granos de sal gruesa. El gusto es parecido. ¿O no?

Nine


He comprado Keko, el mago, un libro del gran dibujante Carlos Nine, del cual me encantaban sus tapas en Humor y Humi. Junto con Sábat y Quino deben ser de mis dibujantes favoritos, por lo menos en Argentina. Lo malo que casi no hay libros de Nine. En verdad, no hay, salvo este, creo. Fabulosas perspectivas, deformaciones varias y unos paisajes abstractos como los de Krazy Kat.

jueves, enero 04, 2007

Musical



Jonathan Rosembaum es un crítico norteamericano, que a fines del siglo XX hizo una lista de sus 100 películas americanas favoritas, paralelas a la que había hecho el American Film Institute, muy predecible (http://www.chicagoreader.com/movies/100best.html). Hay algunas que me son desconocidas y siempre me fijo cual puedo encontrar.
En este caso, pude ver Hallelujah, I'm a bum, de 1933, un musical de esos post-Crack 1929, sin mucho baile, con canciones, y con Al Jolson haciendo de un vagabundo amigo del alcalde, quien está más preocupado por su novia que por gobernar bien; inaugura obras y se saca fotos con bebés de forma desganada, oculta en los cimientos de una nueva escuela el ejemplar de un diario que le hace una nota desfavorecedora... Jolson, en cambio, le hace favores al alcalde y, a la vez, es la autoridad máxima en el mundo de los vagabundos.
El director de este recomendable clásico oculto es Lewis Milestone, que se ha hecho más famoso por Sin novedad en el frente u Ocean's eleven. La falta de bailes en el film es reemplazada por la fluidez de los movimientos de cámara. En la escena de la puesta de la piedra fundamental de la escuela hay un par de momentos resueltos por planos cortos que sirvieron muy bien para quitarle la fijeza y la solemnidad del acto: el ligero cambio de planos de las caras de los chicos del coro, siguiendo el ritmo del tema musical, y las bocinas de las fábricas llamando a trabajar, mostrado en tres o cuatro planos casi inexistentes pero contundentes para quebrar la tranquilidad de la ceremonia.
Y todo condensado en los justos 82 minutos de este musical expresionista en una ciudad de cartón.



miércoles, enero 03, 2007

Cecilia

En el comienzo de año dedico el blog a Cecilia, una persona luminosa, sensible, tierna y que quiero mucho. En mi viejo blog, en el momento en que ella cambiaba de horario, escribí que no se porque me llegó a parecer que, al principio, no podía comunicarme bien con ella. Sólo una sensación. Siempre la vi como a alguien muy inteligente e interesante, y cualquier excusa era buena para obtener charla. Durante unos meses de 2005, en el trabajo, la tuve a espaldas mías. Ya era algo. Me gustaba curiosear que es lo que estaba leyendo, pero los capuchinos instantáneos terminaron siendo más efectivos. Después, por esas vueltas dentro de la empresa, pasé a estar sentado al lado de ella y tuve la suerte de compartir varios meses de trabajo durante el 2006, y aún más allá se ha preocupado por mí y me ha hecho muy bien. Brindo a su salud y por un futuro aún mejor.

Arqueo de caja


martes, enero 02, 2007

Títulos

Métanse en este sitio, http://www.shillpages.com , trae varias cosas sobre cine. Pero lo que más me llamó la atención es que tiene una sección, "Movie titles screens" , dedicada a los títulos de las películas, o sea, son capturas del momento en que aparece el nombre de la película. Hay gente para todo en Internet.




Sos mi vida

¿Por qué en esta novela Oreiro y Arana, cuando están solos, hablan en voz baja? Y la Oreiro haciendo voz de bruta más bien parece una retrasada.