martes, julio 31, 2007

Tres al hilo


En un día murieron tres europeos: Bergman, Serrault y Antonioni. Por supuesto, no he visto todo de ellos, pero algo es algo, visto hace mucho pero que me dejaron buen recuerdo.
Bergman siempre es bueno citarlo porque suena intelectual; nunca fui fanático de él, pero algunas me gustan: Vergüenza, Un verano con Mónica y Escenas de la vida conyugal. Serrault y su cara de francés malhumorado en Preparen los pañuelos, Los fantasmas de un sombrerero y El placer de estar contigo. Antonioni y su áspera incomunicación en La aventura, El desierto rojo y El pasajero.
Un saludo a ellos.


¡Sirk!


Retro continuó con su ciclo de Douglas Sirk, y hace unas horas enganché empezada Imitación de la Vida, espectacular melodrama de 1959 que ya conocía, pero nunca está de más volver a ver. No estaría mal una edición en DVD. Aplastantemente magistral, no alcanzan los ojos para verla. Remake de una película de John Stahl de igual nombre pero de 1934, esta es mucho más barroca y llorosa, y el conflicto racial está más marcado porque si bien Lora y Annie son amigas, no prosperan de la misma forma que en la versión Stahl, y la aversión de Sarah Jane por ser hija de una negra se agudiza más. Y tiene el agregado de los espejos, cortinados, escenarios, colores, y todo aquello que Sirk utilizaba para potenciar su obra. El funeral final está entre lo truculento y lo lunático. Véanla como sea, se consigue bastante fácil. No se me ocurre nada más, no tengo ganas de teorizar ahora. Me quedo con el buen gusto, nada más.

Estoy cada vez más potus

¡El nuevo show humorístico-chabacano de la calle Corrientes!
Estoy cada vez más potus
Cine-teatro Premier, después del show de Libertad Leblanc



Potus 1: Estoy triste, mi novia no me dejó echarle un polen. ¡Son todas iguales!
Potus 2: Si, ¿para que ocuparse de ellas? ¿Que te parece si me chupas el pedúnculo?
Potus 1: No, me volví carnívoro.
Potus 2: ¡Al final sos un potus reprimido!

¡Potus Artaza y Nazareno Potus los esperan con su clorofílico humor!

Localidades en terraza

lunes, julio 30, 2007

Potus


Escuchaba una publicidad radial de Pago Fácil, de esas sonzas y supuestamente cómicas, donde hablaban de un potus. ¿El potus es una planta para la comedia? Lo pienso porque se recurre a ella en muchas ocasiones para producir un efecto gracioso en cualquier sketch. Puede ser una mujer que vive sola que habla de su potus, o un soltero que, a falta de otra actividad, se dedica a regarlo. Pero la planta por sí misma no creo que pueda hacer un buen espectáculo de stand-up; no hace reír su sola presencia: es un vegetal, después de todo.
Si es una palabra con potencia y cálida, gorda y envolvente. Pronunciarla es placentero. Una razón por la cual a algunos les puede producir gracia es por su parecido con la palabra "puto". Pero en los pasos de comedia siempre va a acompañada del genitivo "mi". Siempre es algo propio, y pareciera remitir a una cuestión escatológico-sexual, como si fuera la vagina, el ano, el pene o los testículos. La publcidad que mencioné al principio es sobre el tiempo que cada uno tiene en su vida, y habla un tipo diciendo que hace carrera de potus: el que crece más rápido gana. El potus es algo de solitarios, pero también de perdedores. Es alguien que no tiene nada en la vida. Pero ¿por qué elegir el potus y no una begonia, por ejemplo? Ese es el misterio. Presumo que tiene que ver con algo cercano a la masturbación, a la intimidad más profunda. Como ya sugerí, la palabra es sensual y adormecedora en su pronunciación, y tiene intención sexual en su cita en el ambiente cómico, lo cual la hace especial como planta de compañía. El potus es pachorriento y paciente; aguanta lo que se le ocurra a su dueño. Es todo cuestión de palabra, porque el aspecto del potus no mueve a nada en especial.

domingo, julio 29, 2007

¿Dónde está el frente? (1970)


Cuando la película va promediando, una bomba hace estallar el bunker de Hitler y sus secuaces, quienes, supuestamente, mueren. El artefacto fue provisto por otros nazis hartos de estar en manos de un demente. El que lleva a cabo la misión es Brendan Byers III (Jerry Lewis, actor y director), un multimillonario cansado de su cómoda vida, que busca un poco de acción y arma su propio ejército para intervenir en la Segunda Guerra Mundial. Un cambio radical en la Historia, o una realidad paralela para una fuerza armada paralela.
Una película de Jerry Lewis es una acontecimiento en sí mismo porque son difíciles de conseguir en su gran mayoría, aunque el resultado final no sea tan satisfactorio. ¿Dónde está el frente? tiene un comienzo prometedor, unas cuantas escenas del entrenamiento difíciles de cuajar, con chistes a medio camino, y una segunda parte que se vuelve lo más interesante. Luego de que Byers se disfraza de un importante militar nazi para infiltrarse comienza un show sonoro de gritos y taconear de botas a una idea del humor como crispación de los nervios del otro. La disciplina militar llevada al máximo hasta que parezca un juego ridículo; infinidad de saludos y un protocolo tan estricto que hace que Byers no pueda moverse en su silla sin que sus subordinados amenacen con levantarse. Dentro de lo desparejo del film, esta segunda parte genera su ritmo propio, cortante y en base a un cierto primitivismo en la puesta.
De más está decir que es una película antibélica y que se burla de lo ridículamente macabro del régimen nazi (en la escena de la condecoración directamente los trata de cobardes), pero sin la solemnidad en la que se puede caer con facilidad en el género bélico. No es la historia con su correspondiente moraleja, es la galería gesticular de Lewis al servicio de la molestia. Una historia y un guión que no son de él, en este caso, pero que Lewis le imprime su sello con él mismo como centro de la puesta, incluso con los riesgos que siempre corrió de exceso de egolatría. Su figura llena tanto la pantalla que, incluso, ni nos fijamos que la ambientación está muy lejana a la de los años '40, salvo por los uniformes militares. Es un híbrido sin época. Estamos en los años '70, pero se nos invita a creer que es la Segunda Guerra Mundial.
¿Cuál es la visión que Lewis tiene de la guerra? Que es mala, pero, también, que es un juego caprichoso de unos pocos: Byers, antes de los títulos, está de espaldas, mirando por el ventanal de su enorme oficina, y cuando se da vuelta vemos que tiene un chupete en la boca. Si, también es algo de inmaduros con poder, que es como un mono con navaja. Aunque todo esto puede sonar a lugar común. La figura de Lewis era, para bien y para mal, tan grande, que desbordaba la pantalla y el tema que tratara. Ese mismo millonario aburrido que quiere jugar a los soldaditos es, en definitiva, él mismo, desesperado, con sus problemas a cuestas de adicciones y depresión, que verán la luz sin disfraces en su última película y obra maestra 13 años después: Cracking up. Por eso cualquier película de Lewis es bienvenida, aunque sea un punto bajo, por la búsqueda de identidad y de una forma de presentarse al mundo de sus personajes, así como una forma totalmente diferente de representación de la comedia, justifica su visión.

sábado, julio 28, 2007

Fontanarrosa (II)

Recién ahora me acordé que hace cinco años y pico, para el Seminario de Periodismo y Literatura, en ese momento a cargo de Víctor Pesce, uno de los mejores profesores que tuve en la facultad, hice un trabajo práctico final sobre Fontanarrosa y Conrado Nalé Roxlo. Me saqué uno de los dos 10 que tuve en la carrera.
Ya que no puse el autógrafo, pongo este trabajo a modo de homenaje.

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Introducción

La utilización del humor en la literatura existe desde la Grecia Clásica. Un procedimiento habitual consiste en señalar características de otras personas y someterlas a una “desfiguración”, ya sea atemperada o directamente cruel. Lo nombremos como parodia, imitación, transformación o pastiche, términos que muchas veces se superponen según quién los describa, su práctica denota el bagaje cultural de su autor, probablemente más que en otro tipo de relatos. Referirse críticamente a otros discursos significa un conocimiento medianamente exhaustivo de ellos.
Roberto Fontanarrosa es un caso interesante debido a que sus cuentos y novelas ilustran las fronteras difusas entre parodia y pastiche, entre transformación o simple imitación, así como también entre la literatura, el periodismo de masas y la cultura popular. La sátira a secas y el homenaje se funden en diversos géneros y estilos. La intervención de Conrado Nalé Roxlo será a modo de comparación para medir los alcances de su propio trabajo y los de su colega rosarino.


Procedimientos intertextuales


La parodia, cotidianamente, es entendida como lectura de otra lectura, tanto para quienes la consideran un procedimiento noble como para quienes la desestiman como un género bastardo y automático. Lo cierto es que la acción intertextual necesaria para lograr este tipo de textos es propia de toda la literatura, pero en la parodia el texto “marcaría” algún elemento particular del texto parodiado.
De aquí, que la idea de una literatura “pura” es tan sólo un ideal, una creación incontaminada que no se apoye en un fondo cultural y social propio del escritor es inexistente. En tal caso ciertos textos buscan que la relación de préstamos aparezca de manera explícita para producir un efecto diferente que en el resto de la literatura. Los procedimientos se cristalizan en la superficie, se exponen brutalmente al lector competente. De alguna forma, el escritor, desde este punto de vista, no es un sujeto autónomo aislado, un artista que hace surgir de su mente una creación única; el texto no funciona como un espejo del pensamiento puro, sino que en éste se mixturan las lecturas que ha hecho en toda su vida.
El periodismo, por otra parte, muchas veces a sido confrontado con la literatura. Mientras ésta es una noble tarea, el trabajo del periodista es vulgar y rutinario, es tan sólo un engranaje de esa máquina de captar la realidad que es el diario. De aquí que desde la aparición de la prensa masiva muchos escritores se sintieran indignos por tener que salir a trabajar en periódicos para sobrevivir; la falta de mecenas que acudieran en su ayuda hacía imperativa esta decisión. Pero detrás de esta distinción hay algo más que trabajar libremente o a las órdenes del dueño de un medio. Existen también unas formas particulares de relación con la realidad.
De la misma manera que el libro de un escritor no se puede entender como la creación de un pensamiento puro, sin ataduras con lo social, tampoco se puede considerar al producto del periodismo como una copia de la realidad. El texto por excelencia en este terreno es la noticia, que en los comienzos de las sociedades liberales burguesas aspiraba a funcionar como “espejo” de la realidad. De aquí que la dicotomía es fácil de percibir: están quienes parecen libres con respecto a la verdad social, mientras otros deben limitar su mente a reunirla bajo la forma de un texto periodístico.
Pero hoy ya nadie utiliza la noción de noticia como reflejo de la realidad, salvo en los mensajes institucionales de los medios para legitimarse como los más verídicos. La noticia también es una interpretación que se hace sobre otra interpretación. No sólo el profesional puede interpretar de un modo u otro algún suceso, ya sea por valores propios o del medio para el cual trabaja; también quienes le sirven de fuente para la recopilación de información generan un tipo particular de lectura sobre la realidad social objetiva .
Los apuntes expuestos sobre mínimas nociones del campo de la literatura y del periodismo sirven como base no tanto para distinguirlos, sino más bien para encontrar cuales son sus puntos de contacto y como se juega en la tensión entre ambos. De vuelta en el tema de lo intertextual, se podría decir que la noticia hecha mano a este procedimiento en su misma construcción. Lo que el periodista “vio” es una serie de discursos sobre acontecimientos que alguien quiso que se supieran, y que tal vez buena parte de ellos han quedado ocultos.
A todo esto, ¿Qué relación se establece con la parodia, nombrada párrafos atrás? En su acentuación de los procedimientos de referencia a textos anteriores, este tipo de texto “denuncia” el juego intertextual de todo escrito, a la vez que juega con tics, lugares comunes y estilos ajenos. Pero también sirve como puente hacia el periodismo, si se toma en cuenta su necesidad expuesta de una lectura anterior sobre cierta realidad (en este caso literaria) y de un público competente que esté en condiciones de reconocer las marcas que sirven al texto para crear el efecto paródico deseado. La parodia “anoticia” sobre otros discursos literarios.

Imitaciones

Conrado Nalé Roxlo (Argentina, 1898-1971) habla de sus pastiches como “nacidos en el apresuramiento periodístico”, y señala que su incapacidad para tal profesión se debe su “desapego por la actualidad, cuya consecuencia natural es que nunca estoy informado de lo que ocurre, y de algo más grave quizá. No obstante haberme especializado en la imitacióIn de estilos, jamás he podido aprender el periodístico” . Le parecía que la rutina propia del periodista era una prisión dentro de la cual no deseaba terminar, confinado a repetir lugares comunes del ámbito de la prensa (y porque no del policial). Oponía la lentitud y calma de la literatura a la vorágine del diario, donde no hay lugar para pensar y donde el trabajo se limita a repetir fórmulas remanidas. Sin embargo, su obra en medios como Crítica, en donde realizará parte de sus pastiches, bajo el título “Algo por alguien”. Esos textos “A la manera de...” no sólo trabajaban sobre material literario; echaba mano también al lenguaje de una Tesis de Doctorado, al de las radionovelas de Andrés González Pulido...
Tomando como guía la división que realiza Gerard Genette, desarrollado por Francisca Iñiguez Barrena, para distinguir las diversas formas de práctica hipertextuales, Nalé Roxlo se ubicaría del lado de la imitación, particularmente de la “seria”, diferente de la “satírica”. La parodia ya implicaría una relación diferente, de transformación .
De todos modos, los límites parecen difusos, y en general todas estás formas de textos caen bajo el nombre de parodia. Noé Jitrik nombra a los pastiches de Nalé Roxlo como “parodia seria”, en los cuales un texto elevado es convertido en uno popular . Iñiguez Barrena reconoce que las imitaciones satíricas o pastiches satíricos puede llegar a ser considerado parodia, pero no las imitaciones o pastiches puros, los cuales tendría un fin lúdico, nada más. Genette considera a los artículos de Nalé Roxlo como pastiche satírico, lo cual lo deja en incómoda posición a Jitrik cuando los cataloga de “serios”. Dejando de lado este fárrago verbal, las imitaciones que realiza Nalé Roxlo son, a primera vista, compasivas, sin un intento degradante o destructivo de los autores que toma como referentes. Apuntan más a realizar una relectura que a clausurar un estilo o tipo de literatura, como lo hacía Cervantes en su Quijote.

Relatos satíricos

El caso de Roberto Fontanarrosa (Rosario, Argetina, 1944) es diferente. En los años ’60 comenzó, casi a la fuerza, dibujando como una excusa para escribir sus historias. Algo así como “literatura dibujada”. No se lanzó de lleno al mundo de la literatura sino que comenzó desarrollándola en lo que muchos aún hoy consideran un género menor, el comic. Inodoro Pereyra y Boogie, el aceitoso son las más importantes de sus creaciones; una lanzada en 1972 a modo de homenaje paródico por los 100 años de Martín Fierro, la otra, más reciente, con un protagonista al estilo Harry El Sucio. Recién en los ’80 lanzó cuentos y novelas propiamente dichos. En sus libros de cuentos se pueden rastrear diferentes temáticas, estilos y tonos, encontrándose en algunos más acentuada la carga satírica que en otros.
Dentro de este ambiente ¿En qué lugar se ubica Fontanarrosa? Seguramente no se pueda dar una dirección exacta, teniendo en cuenta los diferentes puntos de vistas, lo ambiguo de las definiciones y la diversidad que el autor muestra en sus libros de cuentos.
En principio digamos que no imita el estilo de un autor en particular, tendiendo más a una relectura de temáticas. Así, podría catalogarse algunos de sus textos como una imitación satírica, que como ya dijimos se acerca mucho a la parodia, diferenciándose de Nalé Roxlo de sus pastiches serios o “piadosos”.
Tomemos un ejemplo para cotejar diferencias y convergencias con las definiciones propuestas.

Imaginería argentina

Su cuento “Rosita, la obrerita” se regodea desde un principio con la descripción de la vida de una pobre empleada de una tejeduría, que ayuda a su familia a pesar de su enfermedad, evidente por la continua tos, y que espera que algún día su príncipe azul la ame y la rescate de su miseria. A la manera de los pastiches de Nalé Roxlo, Fontanarrosa resalta marcas temáticas y estilísticas del género tanguero: “Las madrugadas frías del barrio la veían pasar, caminando apurada, hacia el taller. Pobrecita Rosita, la obrerita. Delgada y tierna, gorrión temprano”. Una fuerte adjetivación que denota una compasión sin límites por una muchacha pura y trabajadora. La búsqueda por remarcar la bondad del barrio llega al punto de aclarar que incluso eran buenos los hijos de un tano viejo y bueno. Si bien no trabaja como Nalé Roxlo utilizando de referentes a autores específicos, en este caso Fontanarrosa toma como modelo el tango Cotorrita de la suerte, de José De Grandis y Alfredo De Franco. En la letra se cuenta la historia de una obrera afectada de una enfermedad terminal, a quién las cotorritas de un organillero le deparan larga vida y un novio, a pesar de lo cual, luego de una larga espera, termina muriendo desencantada y soltera.
Hasta aquí el tono se acerca más al intertexto estilístico, si se quiere. Pero a otro nivel, y en el tramo final del cuento, Fontanarrosa se desvía hacia la transformación paródica, la imitación satírica, dejando atrás el “pastiche puro”. Tanto en Iñiguez Barrena como en Jitrik, más allá de las diferencias de conceptos, la transformación paródica implica una digresión y un cambio. Jitrik, más específicamente, señala que cuando lo que se parodia es el tema, se da una inversión de valores . La obrera de Fontanarrosa conoce a su príncipe azul, y le promete cosas que nunca va a cumplir. La cotorrita no funciona aquí como medio de expresión de la suerte, sino como delatora: “Se está casando, el muchacho aquel, en la parroquia, de San Miguel”. La muchacha cae en cama, hasta que un día la madre busca al príncipe azul y lo lleva ante la enferma. En el desenlace nos enteramos que él es dueño del taller donde ella trabaja, y que el encuentro termina siendo un “reclamo sindical”. “Rosita lo miró con esos ojos, resecos de llorar y sólo dijo: ‘Estos son mis compañeros, Julio y Franco’. Y señaló a dos obreritos, con ropa de trabajo, sudor honesto. Y los dos obreritos, pájaros buenos le dijeron al muchacho aquel, al elegante, con ese tono simple y sencillo del que se educó en la escuela popular de las veredas, que sería mejor si retomaba a esos quince operarios, despedidos”. A continuación el dueño termina aceptando el reclamo, “quizás ante el tono convincente de esos hombres, de esos hombres puro sudor y herramientas de trabajo, quizás ante la vista de esas manos que sostenían tal vez un fierro en ‘U’, alguna llave en cruz, una barreta...”.
Este ejemplo es un caso paradigmático en la obra de Fontanarrosa porque flota entre el pastiche y la transformación paródica. Hasta el inesperado desenlace, bien se parece a un Nalé Roxlo, con su imitación “pura” del lenguaje propio de las letras de tango, exagerando en algunos puntos la nobleza de las clases humildes de los barrios porteños. Pero Fontanarrosa se desvía hacia el final mediante una inversión de los valores, y muestra otra cara de la pobre obrerita, quién se muestra experta en “aprietes” sindicales.
Un caso parecido es el cuento “La carga de Membrillares” . En éste se cuentan diversos sucesos de una tropa de campaña del siglo XIX en los desiertos argentinos, a la manera de una épica criolla, y la obsesión del capitán Lolo Membrívez: encontrar las salinas de Laguna del Tala. Luego de años de avanzar y de luchar, llega a un terreno blanco, donde no hay sal sino nieve, y en donde se encuentra con Roald Amundsen, explorador noruego del Polo Norte. Su empeño en el avance lo llevó demasiado lejos. Los nombres de personajes y lugares del relato remiten inmediatamente a otros personajes o elementos de diferentes ámbitos, así como también se da lugar al juego de palabras, también. Lolo Membrívez, Manuel Olazábal Olarán Ollarte, Julio Entusiasmo Fervientes, Pozo del Prode son algunos ejemplos. Pero lo distintivo de los cuentos más paródicos de Fontanarrosa es el final sorpresivo, que transforma a una dulce obrera en una dura gremialista, y a un militar tesonero y valiente en un atolondrado que siguió de largo.
Otro ejemplo notable es el breve “Ulpidio Vega” , relato de tono arrabalero, ambientado en saladillo, donde dos hermanos matarifes, Ulpidio y Juan, se enfrentan en un duelo por una mujer. Nadie hiere a nadie porque a tiempo llega la anciana madre de ambos que los faja a chancletazos, y frena la pelea. Más tarde, Fontanarrosa ilustró su “Ulpidio Vega” en forma de historieta, de alguna forma, como gesto de afianzamiento entre su literatura y la cultura popular (Ver anexo). Aquí lo atractivo es la utilización que hace del espacio en los cuadros, heredera de los procedimientos cinematográficos. Planos cortos para la intensidad emocional de los personajes, detalles de objetos con fuerza dramática, contrapicados, una hábil utilización del blanco y negro, y el plano general final, como despedida y alejamiento del lugar de los hechos, algo ya común en todas sus historietas. Esto ya sería material, abundante, para otro trabajo.

Exageraciones y excesos

A diferencia de Fontanarrosa, Nalé Roxlo realizaba textos a modo de homenajes jocosos, historias que buscaban el tono de autores universales, imitaba amablemente temas, estilos y personajes. El dibujante y escritor rosarino demuestra un gran conocimiento de autores y estilos, pero prefiere la transgresión y antes que el simple homenaje. Como afirma Eduardo Romano en cuanto a la parodia como procedimiento, ésta tiene efectos de vigilancia y autocrítica . Si tomamos el último cuento citado, el respeto del guapo ante la figura de la madre no se debería sólo a una devoción por quién lo engendró, sino también a un oculto miedo a sus reprimendas. La figura del rudo macho argentino se desfigura. La inversión al final del cuento de Rosita pone de manifiesto cierto costado naturalista que también se puede encontrar en la parodia, tal como hacía Luis Buñuel en su Viridiana, donde los pobres no eran santificados como en los filmes de Vittorio De Sica, sino mostrados en su costado más ruin y abyecto. Para Buñuel la pobreza no dignifica, sino que crea las condiciones para una situación imposible de solucionar. El cuento “La tarde del viejo Macaroni” es una buena muestra de parodia, rayana con el naturalismo más salvaje. Alguien cuenta su infancia en el seno de una pintoresca familia de inmigrantes (armenios, parece), con algunos apuntes acerca de la alegría y la irresponsabilidad propia de la energía que los impulsaba en la vida. El viejo Macaroni que se cuela en la Navidad de la familia, se emborracha e insiste en recitar poemas, produce una escalada de tensión que culmina con una tremenda paliza y la expulsión violenta de la casa. Todo entre las risas y el jolgorio general. Finalmente, el incendio de la habitación de la abuela, con ella adentro, a causa de una cañita voladora mal dirigida, hace olvidar el día con Macaroni. Una vida intensa, de acontecimientos intensos, llevadas al extremo.

Periodismo

Algo también característico en los relatos de Fontanarrosa es la utilización frecuente de un narrador explícito, alguien que se apresta, como un reportero, a contar algo que le pasó o que le contaron. Otras veces utiliza formatos periodísticos a secas.
“La columna política” es el reportaje y posterior análisis de Julio Edelmiro
Etcheverría Posse, político centrista Ny caudillo legendario. Un mínimo diálogo sobre el veraneo y el vuelo en avión le sirven al periodista para extraer un discurso sobre ciertos asuntos que nunca existió. “Precisamente en la omisión de estos temas, el doctor Etcheverría Posse, tácitamente, los dimensiona.”, escribe. Nuevamente la exageración y la transgresión como formas de entender la parodia. Aquí la mediación del periodista entre los hechos y los lectores se revela totalmente manipuladora, en el afán de crear algo relevante cuando no se tiene más que dos o tres datos, o como denuncia de la cada vez mayor “invención” de políticos que, en realidad, nada tienen que decir y sólo dependen de la silueta que los medios se dignen en dibujarles.
Este ejemplo extremo perfila los contactos entre literatura y periodismo. La noticia construida, aunque refiera a personas u objetos de la realidad, puede llegar a ser tan ficticia como una novela o un cuento. La capacidad y obligación del periodista de contextualizar e interpretar unos acontecimientos cualquiera elevan, muchas veces, la historia y su narración por encima del hecho en sí mismo.


Nalé Roxlo mordaz


Una pregunta en cuanto al caso Nalé Roxlo es si existe la imitación ingenua. No hay que olvidar que el calco no es la misión que tiene el pastiche, sino la intertextualización y la representación de otro texto de la realidad, lo cual implica un estilo propio de parte del autor que ejecuta este procedimiento. Flaubert decía que el estilo es como una manera de ver las cosas, por lo tanto, no sólo es forma, sino forma y contenido a la vez . Hay una mirada particular que examina. La intensificación de estilos de la imitación es opuesta a la degradación de la parodia y la sátira; pero esa intensificación, esa exageración del estilo puede llevar a un efecto cómico que más que a la identificación conduzca a la crítica. Y tal vez, en algunos de sus escritos, Nalé Roxlo no escape a cierta mirada mordaz sobre algunos tipos de texto que utiliza como fuente.
En los pastiches basados en escritores famosos su mirada puede ser más simpática, sin intentos de degradar a tal o cual autor. Pero en los que utiliza discursos más bien relacionados con ámbitos diferentes al literario, como ser los institucionales, su mirada cambia y en algunos casos puede mostrar un costado paródico propiamente dicho. En “Disertación sobre la Cultura. (Discurso Pronunciado por la Distinguida Educacionista Señorita Italia Migiliavacca, en un Acto Escolar)”, la imitación del lenguaje engolado de una maestra que se refiere solemnemente a su tarea civilizadora conduce a que finalmente se termine vivando a los analfabetos: “¿Y qué fueron en general todos los benefactores de la humanidad en los albores de su existencia? Analfabetos, como yo misma lo he sido y confieso sin que el arrebol del rubor asome a mis sienes. Todo niño recién nacido es un analfabeto por definición, y en toda cuna hierve una esperanza para la humanidad. Bien podemos entonces gritar: ‘Vivan los analfabetos’” . Una transgresión delirante que denuncia, casi por un lapsus de la maestra, a una educación homogeneizadora, sin margen de creatividad, que simplemente rellena cabezas huecas.


Fontanarrosa homenajea


Como ya vimos, Fontanarrosa no utiliza el pastiche “puro” de Nalé Roxlo. Pero así como vimos que las imitaciones de éste no es imposible conectarlas con cierto tono paródico y crítico, tampoco las imitaciones del rosarino se limitan a la degradación y deformación de ciertos temas y personajes.
“Una historia de tango” es un cuento cuyo relator comienza aclarando que va a contar una historia que le hubiera gustado a Jorge Luis (no da el apellido pero ya sabemos de quién se trata). Nalé Roxlo también había incursionado, con su pastiche “A la manera de Jorge Luis Borges”, en el mundo del escritor, poniéndose en su lugar y, a partir de una situación grotesca, creando un texto popular. Aquí, el hallazgo casual por parte del autor de una personalidad muy particular le permite desarrollar el concepto de circularidad y repetición que Borges adoptaba para muchos de sus cuentos. El policía Filidoro Fonseca , el personaje central, utiliza la reflexión filosófica en su trabajo: “ ...todas sus detenciones las efectuaba bajo los impostergables auspicios del imperativo categórico; y, ante la identidad incierta de un prevenido, chapoteaba en el río heraclitano hasta que de la diestra de Parménides sacaba (como de un juego completo de impresiones digitales) el ser o no ser Fulano o Mengano el inculpado” . El juego de citas cultas también es un arma de las que hecha mano. Así es como ante un asesinato, Fonseca investiga a los sospechosos que trabajaban en la casa del muerto, a partir de la corriente filosófica o religiosa a la que son adscriptos, hasta que da con Cornejo, el autor material. El policía llega a esta conclusión luego de dar cuenta que el autor era partidario del Eterno Retorno, lo cual lo llevaba a tener ciertas costumbres y a ejecutar diversos actos que implican la figura del círculo: andar en calesita, escuchar el tango Volver en disco, usar como arma homicida un boomerang, y que finalmente, se sepa que cometió el crimen porque se le debía un vuelto.
En el cuento de Fontanarrosa no se busca el parentesco con el lenguaje de Borges, y menos convertirse en él mismo. La imitación se da más al nivel de los rasgos del personaje. Tokugawa, un japonés que se hace pasar por argentino, canta tangos en un boliche ultrasecreto, sólo para elegidos. Hasta ahí es llevado el relator de la historia, donde conoce la trágica historia del tanguero. Durante la Segunda Guerra Mundial, su novia lo abandona por un descendiente de la dinastía Meiji, tras lo cual se alista entre los Kamikaze para dejar de sufrir por amor y matarse en algún ataque, tarea que no logra cumplir y queda destrozado entre los fierros retorcidos, los cuales son llevados hasta EEUU y dejados en un hangar. Allí es donde escucha el secreto del bombardeo de Hiroshima, con día y hora. Sabiendo que su amada y el novio se encuentran en esa ciudad, no duda en guardar silencio para que ambos sean muertos por la bomba nuclear. Desde ese momento el cargo de conciencia no lo deja vivir, y, más que antes, busca la muerte. En el final, el relator de la historia y su amigo se retiran, mientras Tokugawa sale para enfrentarse con alguien a quién lo incitó a pelear cuando interpretó el tema “Dandy”. “Y no me defenderé”, aclara . Una resignación parecida a la de Juan Dahlmann en “El Sur”, quién se siente impulsado a batirse a duelo, aunque no sepa como dominar el puñal . Finales abiertos pero con la fuerte sospecha de que algo que ya pasó se va a repetir.
Como se puede observar, en el relato que nos ocupa, Fontanarrosa no apeló como en otros cuentos a la parodia satírica, ni a la inversión de valores; más bien a la imitación “cariñosa” que ejercitaba Nalé Roxlo, pero sin intenciones de contar, con pelos y marcas, la historia “A la manera de...”. El tema y el personaje tienen un cariz borgeano. Tokugawa se lanza a que lo maten, luego de su intento infructuoso en la guerra. Se repite en la misma persona el destino de sentirse apesadumbrado, lo que lleva, por consiguiente, a la búsqueda de la muerte, infinitamente. En el cuento de Borges, Dahlmann no es la misma persona, sino descendiente de aquel Flores que mataron décadas atrás, pero algo lo empuja a enfrentarse con la muerte en el Sur y repetir la misma historia.
En Otras inquisiciones Borges cita a Las mil y una noches, justamente el libro que despertó la enfermedad en Dahlmann, para referirse a los relatores que se convierten en personaje, y viceversa, y que permiten la continuación infinita de una misma secuencia. “Ninguna tan perturbadora como la de la noche DCII, mágica entre las noches. En esa noche, el rey oye de boca de la reina su propia historia. Oye el principio de la historia, que abarca a todas las demás, y también – de monstruoso modo -, a sí misma. ¿Intuye claramente el lector la vasta posibilidad de esa interpolación, el curioso peligro? Que la reina persista y el inmóvil rey oirá para siempre la trunca historia de Las mil y una noches, ahora infinita y circular...” . Fontanarrosa homenajea esta obsesión sobre la circularidad del tiempo y de las vidas, utilizando un sutil sentido del humor, renunciando a los trazos gruesos que pueden surgir en la parodia más mordaz, y crea un personaje perseguido por la culpa y una eterna búsqueda de la muerte definitiva. Todo esto aderezado con apuntes cómicos del tipo “la saqué del barro”, haciendo referencia a que sacó a su novia de los arrozales en los que trabajaba. También se puede entender el cuento como una posible explicación del porque de la relación estrecha entre el tango y los japoneses.

Conclusión

Sabemos ya que Nalé Roxlo veía con cierta desconfianza a la escritura periodística. Sus pastiches, en general, hacían referencia a otras páginas, particularmente literarias. Estilos ajenos filtrando situaciones absurdas. Este acercamiento que se operaba en sus textos del ámbito “culto” o institucional al masivo y popular evidencia resulta sintomático de sus reticencias al periodismo. Si debía escribir en diarios, no se iba a limitar en su lenguaje y contenidos, sino que iba a demostrar su competencia enciclopédica mediante el humor. Una cierta culpa subsanada por la referencia a discursos acabados y cerrados, ya sean el de un autor consagrado o el de una solemne maestra de escuela.
Por el otro lado, Fontanarrosa no reniega del periodismo, medio en el que se inició con sus cómics, ni reniega de la cultura popular que mamó desde chico, sin necesidad de volverse complaciente con ella. Y lo reafirma al incluir en sus creaciones, con la debida distancia, lenguajes de la jerga futbolística, del reportero, del periodismo sensacionalista o de divulgación científica... Daniel Link dice que “los libros de relatos de Fontanarrosa han funcionado siempre de acuerdo con el mecanismo del zapping, el pasaje brutal de un universo temático, de un registro narrativo, de un estilo a otro, a otro, otro” , y que su obra narrativa “funciona como un espejo monstruosamente paródico de la tortura a la que nos somete la falsa libertad del zapping”.
Curiosamente, sus cuentos, cargados de la cultura popular y masiva, fueron escritos directamente para ser editados en formato de libro; mientras que Nalé Roxlo, que aspiraba más a la literatura que al periodismo, lanzó sus apócrifos en “Crítica”.

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Adelmar Núñez nació cuando Buenos Aires aún era una aldea, en 1859. Este gran ensayista político y cuentista comenzó a publicar en la famosa revista humorística El Mosquito, para pasar, más tarde a colaborar con Caras y Caretas y Páginas de Columba. La claridad de sus exposiciones, su coherencia y su amplitud de criterio fueron las armas que le permitieron tratar con diversas caras del ámbito político, tanto pudo asesorar en materia educativa al gobierno de Carlos Pellegrini como apoyar fervientemente la causa de la huelga del frigorífico La Ubre, en Bragado. Hasta intercedió entre el gobierno y la Unión Cívica durante los sucesos de la Revolución del Parque. Y sufrió la prisión también, durante los gobiernos de Félix Uriburu y Juan Domingo Perón, momentos en los que una gran cantidad de intelectuales, tanto opositores como adictos al régimen de turno, abogaron por su liberación. Sus textos se comenzaron a compilar en 1905. Crisis social e individualismo urbano fue su libro más famoso, también editado en en el exterior y traducido a 5 idiomas. La radio le dio masividad desde sus columnas en Radio La Nación y luego en Radio El Mundo. Se convirtió en el intelectual de la patria, más allá de las banderas políticas. La sencillez en la exposición de sus ideas lo sacó del campo meramente académico e hizo que hasta el más sencillo obrero lo entendiera y lo tuviera como tema de conversación en cualquier café de barrio. Su longevidad lo favoreció en el camino de la fama. En 1956 una grave enfermedad lo tuvo en cama durante 5 meses en en Hospital Francés, tiempo en el que, todos los días, no menos de 200 personas hacían vigilia en espera de su recuperación. Ante la proscripción del peronismo, él se había convertido en un sustituto de esperanza para las masas. Era alguien que les abría la cabeza en su camino hacia la dignidad. Paradojas del destino, justamente, que había confrontado con Perón, aunque años más tarde hubiera una reconciliación.
Y si hablamos de años más tarde es porque llegó 1959 y su centenario. Nuevamente en democracia y con su salud como la de un muchacho de 20, el entonces presidente Arturo Frondizi, junto a funcionarios y eminencias varias, le realizó una cena homenaje en Casa Rosada. La televisión era el nuevo medio y muchos pudieron ver el evento en vivo. También, en 1962, ya con nuevos canales a disposición, Adelmar Núñez tuvo su espacio en Canal 13, aunque sólo duró dos meses. La Nueva Ola de esa década revolucionaria, en todo sentido, lo dejó un tanto de lado. Sus apariciones comenzaron a ralear, aunque su estado mental y físico le permitían hacer de todo a pesar de sus ciento y pico años de edad. Ya nadie lo convocaba para escribir. Quiso reeditar sus libros y no se lo aceptaron. Los viejos ejemplares desaparecieron de las universidades. Su último escrito se llamó País de mierda, pero sólo quedó en borrador. Vio pasar generaciones que nacieron y murieron. Vio como la muerte prematura alzaba a la categoría de mito a muchas celebridades. Adelmar Núñez todavía está vivo, alguien que se convirtió en una leyenda viviente, pero la edad le jugó una mala pasada. Hoy día se arrepiente de no haber muerto más joven o en la cumbre de su carrera. "Una leyenda no puede pasar de largo, debe quedarse petrificado ahí, en el momento de elevación, e irse dignamente a la tumba", escribió el anciano con salud de hierro. No es que haya pasado de moda o que se crea que sus ideas atrasan. Simplemente fue olvidado, en el más llano sentido de la palabra. Nadie conoce ni tiene uno de sus libros, ningún intelectual podría citar una sola línea, no figura en ningún manual de historia ni revista. Incluso él mismo se fue quedando sin un solo ejemplar de nada, con lo cual no puede certificar su propia existencia pasada. Si hay una cierta sensación profunda y legendaria en el imaginario argentino, el regusto de que alguien dijo algo importante alguna vez, pero nadie sabría decir de que se trata.
Adelmar Núñez estaba pensando advertir a las autoridades que en 2009 se viene su 150° cumpleaños, pero ya está viendo que no le van a dar mucha pelota que digamos. Para su próxima vida, luego de reencarnar, ya tiene planeado descerrajarse un tiro en la boca al primer éxito que pegue.

viernes, julio 27, 2007

Bla


En torno al estreno de la película de Los Simpson he leído y escuchado de varios medios que Maggie dice su primer palabra. O no conocen la serie o el film en cuestión se plantea como algo totalmente separado de la vida en la televisión, porque la primer palabra de la beba aparece en 1992, en el episodio Lisas's first word, un título bastante explícito, en el que se recuerda el nacimiento de Lisa, y hacia el final, Maggie, cuando nadie la escucha, dice "Papi". La voz para ese pequeño fragmento la puso Elizabeth Taylor. Otra posibilidad sería que sea, tal vez, la primer palabra escuchada por la familia en la película, porque en televisión sólo se enteraron los espectadores. Igual, me parece que más de uno no ha visto demasiado a Los Simpson, o si lo han hecho y toman 18 años de existencia como algo lineal, sin cambios. Los únicos análisis que hay son en torno a que son una familia disfuncional, que están todos locos, usan títulos tan remanidos como "Familia muy normal" o "No hay nada más lindo", y cosas así, o sintetizan todo en la frase "ácida crítica a la sociedad norteamericana". A esta altura de los acontecimientos, decir lo mismo que se decía hace 15 años es como mucho. Tal vez sea que hace años que la serie no da para decir más que eso, después de volverse absolutamente autoconciente. Pero se sigue diciendo exactamente lo mismo sin el más mínimo atisbo de análisis o crítica. Ha pasado al campo de las drogas (hasta ahora, una excepción es una notita de Fernando Milsztajn aparecida en Haciendo Cine).
Otro tema. Me llama la atención que a casi nadie le gustan las voces originales en inglés, con muchos matices, más teniendo en cuenta que es un grupo pequeño, y que una misma persona puede lograr hacer dos voces totalmente distintas y perfectamente diferenciables, como la de Burns y Smithers a cargo de Harry Shearer. Por eso es que se estrena en castellano en todas las salas.
Todavía no la vi, pero ya la veré, aunque sea de vicio.

martes, julio 24, 2007

Clásico de Ford

Publicidad de la pick-up Ford, tirada de un Hércules para ver la resistencia de los amortiguadores, o algo así. Un poco milico, pero bueno... El que creció con esto ya está un poco viejo.

De viaje


El canal Travel & Living lanza en Argentina su nuevo programa: "Turismo Prejuicioso". Un muchacho y una muchacha recorren el mundo, conviven con distintas culturas y disfrutan de sus platos típicos con una simpática mirada radicalmente etnocéntrica. Mario y Daniela se burlan de estúpidos bailes tribales en África, se cuidan en Chile de los pungas, se ríen de las pérdidas futbolísticas de Brasil, tratan de negros de mierda a bolivianos y paraguayos, hacen arcadas ante una gastronomía exótica en Tailandia, provocan a los norteamericanos señalándolos como idiotas y a los franceses como sucios, meten carne de vaca en un restaurant de India y llaman judíos avaros a los habitantes de Israel.
En el primer programa "España: el origen de nuestra brutalidad", una visita al país cuadrado, para desentrañar que se siente ser un animal con cabeza de adoquín, y como un país progresó de pedo teniendo una población tan corta de pensaderas. Imperdible la contada de chistes de gallegos en una reunión de la Asamblea de Madrid.

Voces

Las voces en las producciones animadas para cine y televisión se vuelven cada vez más importantes, al punto que se destinan informes, notas, páginas y minutos a mostrar como se doblaron los dibujos y quienes participaron. Uno ya no puede dejar de oir al actor en lugar de prestarle atención a otras cosas.Todo un elenco de famosos que termina teniendo más importancia que el dibujito en si mismo. "Jack Nicholson le pone la voz a X, el personaje de la nueva animación de Pixar". Dentro de poco va a ser "X presta su voz para el nuevo protagónico de Jack Nicholson".

Björk


Escuché por ahí que Björk vendrá a la Argentina, luego de su única vez hace 9 años. ¿Será verdad?

sábado, julio 21, 2007

MURIO HUGO MARIA PENETTRI, UN GRAN HIJO DE PUTA



Nadie llora la muerte de este nativo de Córdoba Capital. Hugo María Penettri había nacido el 13 de marzo de 1952, hijo de un empleado de la Municipalidad de Córdoba y de un ama de casa. Luego de terminada la escuela secundaria comenzó a trabajar freelance para diversos diarios de la provincia, hasta que saltó a la Capital Federal, formando parte de las huestes de La Nación y Clarín. En 1971 lanza su primera novela, La bella Eugenia, con la que comenzó un sendero plagado de éxitos, que obtuvo tanto el aval de la crítica como del público lector, hasta llegar a completar 108 relatos, tanto cortos como largos. También incursionó en el teatro, donde destacó con su obra Dos nombres tan italianos; un apellido tan español, en cartel durante 8 años seguidos en la calle Corrientes, con las actuaciones de Gabriela Toscano y Oscar Martínez. Aún son recordadas su aclamada intervención en un debate en la Universidad de Salamanca, transmitida por televisión a más de 30 países, y el curioso record de haber firmado 1028 libros en un sólo día de la Feria del Libro de 1993.
Su estilo romántico indagó en las zonas oscuras de las relaciones sentimentales, tanto sexuales como filiales, en su conexión con los grandes cambios producidos entre los años '60 y el siglo XXI. Las resonancias de distintas épocas literarias atrajeron por igual a intelectuales de la más diversa estirpe, quienes no han dudado, en total concordancia, en nombrarlo como el mejor escritor argentino de los últimos 50 años. Luego de innumerables premios, finalmente le llegó el Príncipe de Asturias en 1996.
Su deceso se produjo a las 2:46 del día de ayer, luego de sufrir un cáncer de pulmón durante los últimos 4 años. A su entierro en el Cementerio de Chacarita asistió sólo su ex esposa; su hijo Cristian vive en Italia hace 5 años y no se lo ha podido encontrar en las últimas horas. Un número importante de celebridades cercanas a Penettri, que formaban su amplio círculo de conocidos, expresaron, por diversos medios, la gran pérdida que han sufrido las letras de Argentina, pero no se lamentaron demasiado por la pérdida humana. Personalidades de todo el mundo, como Ernesto Sábato, Julio María Sanguinetti, Carlos Fuentes, Alejandro Dolina, Joaquín Sabina, Quino, Mercedes Sosa o Paul Auster, entre otras, tuvieron palabras de gran respeto intelectual por el escritor cordobés, y una solicitada publicada en varios diarios, también firmada por esas eminencias, promueve la construcción de un monumento en su memoria en Capital Federal, no en la ciudad de Córdoba, donde ha sido catalogado como "un traicionero que le dio la espalda a su lugar natal una vez que las luces del Centro lo deslumbraron". La admiración hacia Penettri se tradujo en elogios puramente intelectuales, ya que como persona dejaba mucho que desear.
Penettri nunca incurrió en vicios como el alcohol o las drogas. Sin embargo, fue conocida su tendencia a golpear mujeres, aún mejor si eran prostitutas, y a manosear a las hijas de sus conocidos, siempre y cuando tuvieran menos de 12 años. Su gran inteligencia y sagacidad no se correspondieron su vida social, repleta de peleas iniciadas por él mismo, por él sólo hecho de que despreciaba al género humano. Su sentido de la amistad era ambiguo, al punto de dejar en la calle a más de uno gracias a pequeñas estafas. Amaba robar por robar. Para él, lo mejor de la compañía era el rédito que pudiera sacar. No le agradaban las largas sobremesas, compartir un café o un partido de fútbol, solamente sobresalir, sobrar al que tenía enfrente. Beatriz Sarlo, en un dossier aparecido en Punto de Vista, lo calificó como "un cerebro de oro inserto en una basura humana". La ensayista confesó haberse enamorado de su gran inteligencia, pero fue rechazada bruscamente por el escritor, luego de calificarla de "zurda de mierda". En 1976 formó parte Juventudes para el Progreso, grupo que apoyaba al entonces presidente de facto Jorge Rafael Videla, y pretendía ser el brazo intelectual para convertir al Proceso en un proyecto de país. En el regreso de la democracia, cuando Jorge Luis Borges se arrepintió de haber apoyado al gobierno militar luego de enterarse de los horrores ocurridos, Penettri lo calificó de "viejo blando y estúpido" por retractarse.
Uno de los intelectuales argentinos más prestigiosos, que ayudó a pensarnos profundamente a través de sus ficciones, ha muerto. Un hijo de puta odiado por todos, una mala persona. Por eso a su entierro fue sólo su ex esposa, nada más que para escupir en su tumba.

Fuente: La Voz de mi Interior.

Fontanarrosa



I

Iba a poner el autógrafo que me dio en 1991 pero no puedo usar el scanner. En una época, de muy chico, sería el año '83, me gustaba copiar sus dibujos, y el apellido me sonaba a seudónimo, Fontana Rosa, que, tal vez, era una mujer, o un tipo travestido. Hacía aún más contraste teniendo en cuenta sus dibujos de trazo grueso.
Hace 20 años no me gustaba el fútbol, ahora lo aborrezco, pero sus relatos deportivos eran maravillosos, más si iban furiosamente ilustrados, como el libro Semblanzas deportivas.

II

Obligado y enésimo suplemento de Clarín (que saca suplementos por todo, todo lo que cabe en un planeta), en este caso sobre Fontanarrosa, por supuesto. Nota de Alberto Amato en Clarín. Escribió: "'Mi terapia —dijo no hace mucho— es el cariño de la gente'. De haber sido cierto, Roberto seguiría vivo". Lo mató. No se si lo falso es que era una terapia o el cariño de la gente.
Otra cosa. La nota dice, y lo destaca en un aparte con letras más grandes, que el dibujante no leía clásicos, que nunca leyó el Quijote, lo cual no hacemos la mayoría. Ese es otro tópico que siempre gusta publicarse sobre las celebridades, algún punto oscuro, si es que cabe el término, como para que más de uno lo lleve al extremo y piense que puede llegar a ser un genial artista si se entrega a volverse un adoquín.

III

Estadística: 1.400902 homenajes a Fontanarrosa, en cualquiera de sus formas, ya han incluido la frase "Que lo parió".

jueves, julio 19, 2007

Cinco dedos (1952)


El final de la película de Joseph Mankiewicz que aquí titula es sorpresa, tiene que ver con falsificaciones, y no digo nada más. De todos modos, no hace estallar todo lo relatado hasta el momento ni lo pone en duda. Tranquilamente podía ser previsto por el espectador. En plena Segunda Guerra Mundial, Diello le vende información de los Aliados a los nazis, no por simpatía sino porque le gusta el dinero. El tipo fue mayordomo de la condesa Staviska, quien colabora en sus negocios, en una relación de amantes con resabios de ama-esclavo. Antes del final sorpresa asistimos a dos falsos finales: uno triste y angustiante, Diello en el tren, ante la revelación escrita de que la condesa lo ha traicionado, y Diello escapando en barco a Brasil.
Si ese final sorpresa no sorprende tanto, también es un falso final, o un falso final sorpresa. Probablemente a Mankiewicz no le interesaba tanto producir ese efecto, sólo llegar hasta las últimas consecuencias en el ballet de las conductas de sus personajes. Estos están lo suficientemente expuestos al espectador, no hay demasiado escondido, por más que se trate de una trama de espionaje, cinismo y traiciones. James Mason está tan sutil en sus modales como para que a los Aliados no les queden sospechas que es más irónico que otra cosa en su adhesión a ellos. En la guerra todo vale, y también vale luchar sólo por la billetera. Y en un cine como el de Mankiewicz es de esperar que la palabra hablada sea el terreno de la competencia. El destino lo hace cada hombre y cada mujer, hablando, también, por supuesto. Los ambientes en Cinco dedos son funcionales, ordinarios, espacios para desplegar la humanidad. Para Mankiewicz cuentan las decisiones humanas, los objetos sólo están ahí, cobran vida y se entrometen cuando alguien les da un uso. Pero no al estilo de Buster Keaton, que entendía a la inteligencia como el uso de lo que hay al alcance para modificar el medio en beneficio propio. Lo que aquí hay es un uso obvio de los objetos, si se quiere, el predeterminado, pero este uso hace bien unos y mal a otros. De ahí que en Mankiewicz el medio, tan chato que parece, es inmodificable, así que hay que echar mano a la idea de la inteligencia como el escape o el engaño. Una escena reveladora de esto es en la que Diello está fotografiando documentos secretos y la mujer de la limpieza desea entrar en la oficina. Nuestro espía le dice que pase más tarde, entonces ella se aplica a pasar la aspiradora en el pasillo, para lo cual la enchufa, y al ver que no funciona toca la caja de electricidad, que antes Diello había manipulado, lo que activa la alarma y este queda al descubierto, por lo cual debe huir. Algo tan simple muestra una desición también simple, la mujer de la limpieza cumpliendo su tarea, gravitando sobre los objetos sin intenciones mayores, que, sin embargo, termina perturbando las propias decisiones de Diello. En Mankiewicz no son los objetos los que se sublevan ante el hombre; siempre hay una mano, grande o chica, que los manipula, ya sea que produzcan una guerra o un accidente doméstico.
La preeminencia actoral y del texto en Mankiewicz parecerían dejar a los espacios como mera decoración, pero no. No tienen el peso y el significado que otros le darían, pero funcionan como partenaires de la vida de los personajes, y su mutismo hacia ellos no hace más que reforzar su indiferencia ante las creaciones humanas. Los objetos no los impulsan a nada; sus traiciones y falsificaciones sólo se dan por decisiones concientes, y la percepción de que el entorno se vuelve en contra en determinadas circunstancias es erróneo: por detrás siempre hay alguien que actúa, ya sea pensando o no en sus consecuencias. Mankiewicz, además de haber desarrollado una filmografía con interesantes duelos verbales entre humanos, también, en este caso, destacó el enfrentamiento, falso, al fin y al cabo, entre hombres y cosas (o entornos, históricos o cotidianos), que, en verdad, solapa el enfrentamiento o el choque de propósitos de hombres contra hombres.

miércoles, julio 18, 2007

Nieve



La otra vez ironizaba sobre la invasión imperialista que significaba la nevada de la semana pasada. Por supuesto, después lo escuché por ahí, el acto de rebeldía: un bienpensante prefiere el calor. Bromear con esa pequeña situación es como copiar la realidad, o anticiparse sabiendo que será repetida. "Yo me quedo con estos calores sudamericanos", dice uno sin que le hayan preguntado, y sin saber si realmente le gusta el calor o es solo resistencia climática.
Ahora, hay otra forma de ser bienpensante con respecto a la nieve que no tiene que ver con decirse de izquierda. Ser argentino también es una ideología; digamos que es un sentido común quejoso que no adscribe a nadie ni a nada pero cree estar en consonancia con todos, sin estarlo, a la vez. Por empezar, ese ser argentino desprecia a la Argentina, cree que es el peor lugar del mundo; amenaza con irse hace años, pero su impotencia se lo impide. Este sentido común dice que en Argentina todo está hecho para jodernos. En Argentina nadie cumple la ley, es una anarquía, que así es como estamos, pero él maneja borracho y obtiene todo por abajo cuando puede; si lo hacen los demás porque yo no. La Argentina tiene una crisis cultural grave porque existe Gran Hermano (él admira países que lo tienen hace 10 años seguidos) e Internet, pero él compra cualquier revista con gatos en la tapa y apenas si lee el diario. Ese ser argentino usa la queja como índice de su conciencia social, que llega hasta ahí nomás, o hasta que un pibe le quiere limpiar el vidrio del auto. El ser argentino no responde ni a la izquierda ni a la derecha, sólo se queda con las rémoras de ambos. De golpe tiene ataques de conciencia social cuando se siente frustrado, pero siempre están ahí los negros cabeza. Los negros cabeza sólo son simpáticos si están teñidos de rubio y en forma de gato; para él, la mujer argentina es una histérica que no se compara con el resto del mundo.
Y la nieve también despierta el horror del ser argentino. ¿Para que salir a verla? En este caso, los argumentos no son antiimperialistas sino en relación a la distracción. La nieve nos distrae igual que Gran Hermano, y el Gobierno la usa para tapar cosas. Nada exótico y curioso lo alegra. No digo que se instituya el Día de la Nieve, pero tampoco se ve algo así todos los días. No, él no puede disfrutar nada de eso si ocurre en este país. De golpe, piensa que hay pobres que se van a congelar y que el sistema energético va a explotar. En otros países los pobres también pueden morir por el frío o el calor, pero no iría en una misión para frenar eso en el mundo. El tema está acá. El tema es creerse lo mejor o lo peor.
El ser argentino cree que dice algo importante porque suena sentencioso, pero sólo son residuos de discursos anteriores, sin el más mínimo atisbo de creatividad. Mientras la nieve sigue cayendo y a nadie le importa si él se queda encerrado con su pensamiento suficiente.

martes, julio 17, 2007

Berp

Una diferencia entre la feria gastronómica Caminos y Sabores y Expogourmet reside en la avidez alimenticia de los que concurren. Es proverbial el hambre del argentino medio, pero en el primer evento se lanzan sobre los stands y en el segundo lo disimulan un poco más. En definitiva, Caminos y Sabores no tiene el glamour de Expogourmet (se prueba el vino con vasitos de plástico, no hay copas de cata), pero es un simpático y grasa quilombo de masas desesperadas, con borrachos (hubo uno que se sirvió sólo de la botella en un stand y la que atendía se enojó), gordos, señoras con bolsas y provincianos haciendo chistes.
Llegué a la entrada, en una Plaza Italia cada vez más parecida a Once, con un Barney perdido allá en el fondo, que no se sabe para quien trabaja.





Acá está la diferencia que decía, en esta feria no se disimula la angurrientez, todos cogoteando como jirafas hambrientas, aún en el stand de algo tan infame como la milanesa de soja.



Esto está un poco de más, un puesto de papas fritas berretas. No es una delicatesse, digamos. Medio pulgar abajo.



Esto fue fabuloso, toda la ciudad de Mercedes metida en un chorizo. Embutidos, bondiolas (o mondiolas)y cantimpalos para probar, llenarse la boca y hacer morir de envidia al más mentado vegano. 10 pulgares arriba.



Tránsito pesado. A todas las madres se les ocurrió salir con los cochecitos, y había una vieja arrastrando algo con rueditas como si estuviera en una terminal de ómnibus.




Proselitismo gastronómico.




Tanta galletas de la abuela, dulces de la abuela, delicias de la abuela, medialunas del abuelo, alguien se decidió dar un paso atrás en el árbol genealógico y dejar de lado un tópico tan trillado. ¿Quién dijo que las abuelas cocinan bien? ¿Las mujeres que en 50 años serán abuelas lo harán igual, siendo que hoy casi no saben hacerlo?



Estos chocolates son innenarrables, el colmo de lo grasa, algo tan abyecto que hace mal a los ojos. Usar un escudito de fútbol para producto cualquiera ya es de mal gusto, pero si le agregamos esas formas en una cajita para regalo ya podemos jubilarnos como ciudadanos. Definitivamente, no es cool. Cinco pulgares abajo.



Pasadas tres horas me retiré de Caminos y Sabores, una feria del libro del morfi, sin nadie que te firme el plato pero con las mismas colas para comer que en La Feria del Libro. De hecho, muchos quedan allí parados desde abril. Con los mismos pasillos angostos, que se angostan aún más en la parte de los vinos. Lo peligroso en este caso es que si la presión es demasiada lo ingerido puede llegar a ver la luz.
Y, bueno, no está mal dejar de ser cool un rato y mezclarse con la plebe inculta. Me voy feliz esquivando los escarbadientes descartados, con mi chorizo de jabalí y mis ajíes kituchos salteños a casa, a saborearlos mientras escucho el último disco de Björk.

lunes, julio 16, 2007

Otro clásico publicístico ochentoso

La negra Romero con la musica de Porchetto.

Otra lista

Llegué hasta el sitio de la revista Vanity Fair sacó la lista de los 10 mejores capítulos de Los Simpson. A continuación pongo la mía, sin orden de preferencia. Díficil de decidir, hay que ir por los 20.

Krusty gets busted
(1990)


Cape Feare (1993)


Homer badman (1994)


Treehouse of horror V - The shinning; Time and punishment; nightmare cafeteria (1994)


Homer the great (1995)


And Maggie makes three (1995)


Homie the clown (1995)


Round Springfield (1995)


You only move twice (1996)


Simpsoncalifragilisticexpiala(annoyed grunt)cious (1997)

miércoles, julio 11, 2007

Querido diario:

El 9 de julio fue una fecha histórica porque nevó en Buenos Aires. Hoy también, porque vomité, cuestión que no me incumbía desde el 2 de enero de 2001 en Río de Janeiro. Si bien las fechas exactas se me escapan, las veces anteriores que recuerdo de vomitadas fueron en julio de 1996, noviembre de 1992 y en algún momento de 1988. Y en 1981 o 1982, en Mar del Plata, por leer una revista de Disney dentro del auto en movimiento.

martes, julio 10, 2007

¡Me siento Winona Rider!

Empezando así pareciera ser que fuera mi sección "Estoy cada vez más puto", pero no. Hoy se cumplió el título de una película de Preston Sturges, Navidades en julio.
Mírenme a mí bailando ante la alegría de la nieve en la ciudad que nunca nieva. Para verlo mejor acompáñenlo con esta música que todavía no se pegar imagen y sonido.



A la tarde un poquito, raspaduras de freezer. ¡La felicidad del pueblo argentino comenzaba, aunque todos estábamos a punto de morir por el cambio climático! Es la nieve del Primer Mundo, el capitalismo imperial que nos invade y nos distrae. Raras asociaciones, pero que se escuchan, como si la nieve no fuera algo sudaca sino meramente sajón. De todos modos, dicen que en Capital hubo mucha aguanieve, pero Crónica TV titulaba "Nieva en Buenos Aires". No queda otra, suena feo "Aguanieva en Buenos Aires".



Esto es Bariloche.





A la noche, los copitos se conviertieron en copotes, y quedamos tapados por una masa de imperialismo blanco. ¡Hay que matar a Santa Claus! Esto lo armaron los yanquis para matar cartoneros, y humedecerles el cartón. Y ustedes como cerdos capitalistas, resbalándose como boludos en la nieve, mientras los pobres mueren de frío. Ya mismo me mato.



Cosmos



Merry Christmas, Mr. Potter!









Para terminar. Mucho derecho de los humanos y de los perros pero nada para los autos. Mírenlos ahí, muertos de frío, sin una cuchita. Voy a denunciar a sus dueños al ACA.




lunes, julio 09, 2007

Cine en cable - Julio


Martes 10
El empleo del tiempo (L. Cantet, 2001); I-Sat, 1:35 hs.
El dormilón (W. Allen, 1973); Retro, 22:00 hs.

Miércoles 11
Furyo (N. Oshima, 1983); TCM, 00:00 hs.
Rapado (M. Rejtman, 1992); I-Sat, 5:30 hs.

Jueves 12

Las locas aventuras de Erik (T. Jones, 1988); The Film Zone, 11:10 hs.
El centrofoward murió al amanecer (R. Mugica, 1961); Volver, 14:00 hs.

Viernes 13
Babe: El chanchito en la ciudad (G. Miller, 1998); Cartoon Network, 20:00 hs.
Barry Lyndon (S. Kubrick, 1975); TCM, 23:35 hs.

Sábado 14
Sobreviven (J. Carpenter, 1988); Retro, 1:30 hs.
Los increíbles (B. Bird, 2004); Disney Channel, 20:00 hs.

Domingo 15
Rollerball (J. McTiernan, 2002); I-Sat, 14:55 hs.
Amor que mata (R. Siodmak, 1945); Cinecanal Classics, 22:00 hs.

Lunes 16
The innocents (J. Clayton, 1961); Cinecanal Classics, 18:40 hs.
Generación X (B. Stiller, 1994); I-Sat, 18:55 hs.


Martes 17

El insoportable (B. Stiller, 1996); I-Sat, 12:25 hs.
The bank dick (E. Cline, 1940); Retro, 23:25 hs.

Miércoles 18
La elección (A. Payne, 1999); Cinecanal, 5:40 hs.
La ley de la calle (F. Ford Coppola, 1983); Retro, 22 hs.

Jueves 19
Network (S. Lumet, 1976); MGM, 14:50 hs.
Jamón, Jamón (B. Luna, 1992); Europa Europa, 22:00 hs.

Viernes 20
El cartero llama dos veces (T. Garnett, 1946); TCM, 22:00 hs.
Velvet Goldmine (T. Haynes, 1998); I-Sat, 23:50 hs.

Sábado 21
Pacto de sangre (B.Wilder, 1944); Retro, 18 hs.
Al filo de la noche (A. Litvak, 1948); Cinecanal Classics, 18:50 hs.

Domingo 22
La sonámbula (F. Spiner, 1998); Volver, 22:00 hs.
El bueno, el malo y el feo (S. Leone, 1966); Retro, 1:30 hs.

Lunes 23
Héroe accidental (S. Frears, 1992); Hallmark, 00:10 hs.
To sleep with anger (C. Burnett, 1990); I-Sat, 16:15 hs.

Martes 24
O Lucky man (L. Anderson, 1973), Cinemax, 1:30 hs.
¿Dónde está el frente? (J. Lewis, 1970); Retro, 22:00 hs.

Miércoles 25
Roma (A. Aristarain, 2004); Cinemax, 22:00 hs.
Río Bravo (H. Hawks, 1959); TCM, 23:25 hs.

Jueves 26
Después de hora (M. Scorsese, 1985); HBO Plus, 13 hs.
Huevos de oro (B. Luna, 1993); Europa Europa, 22 hs.

Viernes 27
Yo no se que me han hecho tus ojos (L. Muñoz – S. Wolf); I-Sat, 5:35 hs.
La condesa descalza (J. Mankiewicz, 1954); TCM, 23:50 hs.

Sábado 28
Freddy vs. Jason (R. Yu, 2003); TNT, 3:15 hs.
Eva Perón (J. C. Desanzo, 1996); Volver, 22:00 hs.

Domingo 29
Charada (S. Donen, 1963); Cinecanal Classics, 11:50 hs.
La sombra de una duda (A. Hitchcock, 1943); Retro, 22:30 hs.

Lunes 30

La mujer ha salido a engañar a su marido (O. Iosseliani, 1996); Europa Europa, 12:10 hs.
La mosca (K. Neumann, 1958); Cinecanal Classics, 17:10 hs.

Martes 31
Monkeybone (H. Selick, 2001); The Film Zone, 15:05 hs.
El aura (F. Bielinsky, 2005); Cinemax, 22 hs.