martes, enero 29, 2008

"La edad de la inocencia". Edith Wharton

"Había algo que sabía perdido: la flor de la vida. Pero lo consideraba como algo tan inalcanzable e improbable, que lamentarse ahora habría sido como desesperarse porque a uno no le tocó el primero premio de la lotería. Cien millones de boletos en 'su' lotería , y un solo premio; la suerte le había sido decididamente adversa. Cuando pensaba en Ellen Olenska, lo hacía de forma abstracta, serena, como se puede pensar en algún amor imaginario de un libro o de un cuadro: ella había llegado a ser la imagen que abarcaba todo lo que él había perdido. Esa imagen, indefinida y tenue como era, le había impedido pensar en otras mujeres. Había sido lo que se llama un marido fiel; y cuando May murió repentinamente de una neumonía infecciosa que le contagiara el menor de sus hijos, lo lloró sinceramente. Los largos años juntos le mostraron que no importa mucho si el matrimonio es un deber monótono, siempre que se conserve la dignidad de un deber: sin eso se convierte en una simple batalla de innobles apetitos".

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