viernes, febrero 02, 2007

Honomástico de Silvana

Sociales
Con menos concurrencia pero con más producción (este año hubo una velita) se celebró el cumpleaños de lady Silvana Lorena Pistoni. También hubo más gasto en el regalo, un libro para cultivar su bella cabeza, ornamentada con fino flequillo. Ella es el flequillo bueno, aclaremos. La homenajeada es tan adorable que hasta la mujer que vende los
tickets para el subte le regaló una planta.
Los cumpleaños vienen siendo como más a las apuradas, el público está distraido.














La torta llegó en un estado aceptable, a pesar del calor. De todos modos, unos minutos en la heladera la recuperaron. Los que no llegamos en un estado tan aceptable por el calor fuimos Sabrina y yo, los organizadores de todo, que en las fotos se nota en las ropas el sudor de recién venidos de la calle de la Capital, convertida en un volcán en erupción.





Esperamos no haber desmerecido la fineza de la festejada, quien, a propósito, estrenaba musculosa nueva, que reza "Víctimas de la moda". Yo no diría eso; gente como miss Pistoni manejan la moda; una víctima de la moda, en tal caso, sería quien la usa sin miramientos y sin fijarse que le queda bien y que no.





















Pero esta es la foto del evento, gracias a la magia del cybershot. Una toma que captura todo su savoir faire y elegancia, y marca la distancia entre el mundo vulgar y el Olimpo.


Con tantas bolsas y bolsos encima, cualquier otra sería Doña Rosa de vuelta del mercado, pero ella parece Grace Kelly de shopping por Mónaco (y digo Grace Kelly porque, a pesar de que era una plebeya, era superior a sus hijas, dos grasas reales). Un detalle es como toma los objetos, apenas con la punta de los dedos. Y un elemento central en la foto, esa magnífica nariz en punta, absolutamente aristocrática y de salón, que hubiera pasado a la colección de narices del padre de Tristam Shandy si ella hubiera vivido en el siglo XVIII.

Una disgresión, pero válida para el caso. Alguna vez, charlando con Cecilia, llegué a la conclusión de que Silvana y Claudia son las dos mujeres más finas y femeninas de la empresa. Ambas comparten la belleza, la inteligencia y el don de gentes. Silvana tiene un aire más victoriano y aristocrático; Claudia combina modales del siglo XIX con una desfachatez un poco más moderna. Silvana es la alta costura; Claudia el prêt-à-porter. Silvana es Vogue; Claudia es Cosmopolitan. Ambas se elogian mutuamente. Claudia es más transición y admira el alto nivel al que ha llegado Silvana*. Más allá de las diferencias, una cierta cualidad de despegue del resto del sexo femenino es lo que comparten. El toque femenino no es vestirse con todo a la vez ni abusar de amaneramientos, es una pizca de sensualidad que no es visible en ninguna parte del cuerpo en particular sino que está estratégicamente distribuida, al igual que el perfume.


*Hablando de transiciones y términos completos, es curioso que una se llame Claudia Andrea García, un punto medio indeciso entre italiano y español, y la otra, Silvana Lorena Pistoni, 100 % italiano.

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