miércoles, octubre 10, 2007

Genética barata


En El Gen Argentino eliminaron al Che Guevara y ya aparecieron quienes piensan que eso es síntoma de que andamos mal. El foro del sitio del programa también se llenó de pros y contras con frases remanidas. Que es así, la gente vota a Macri y claro que va a perder el Che; es un país de fachos. Algunos liberales también se asustaron cuando ganó el Che en programas anteriores; creyeron que se venía algo feo. Facho debe ser el término peor usado y más manoseado en este país. Todo lo que no nos gusta es facho. Es un país facho, por eso primero echaron a Evita y después al Che. El Che pensaría que Evita era facha, aunque muchos los imaginen en una fórmula presidencial. Ser facho es no estar en la onda.
La suerte de un país definida en un programa de televisión. Así que si gana San Martín, Fangio o Favaloro vamos a tener que hacer algo al respecto, sentirnos culpables de algo o actuar de cierta manera. Lo malo de la idea nacionalista de buscar un gen es seguir pensando un territorio como un organismo, que se ha actuado así siempre y que, por lo tanto, vamos a seguir haciéndolo indefectiblemente. Si hablamos de algo facho, eso lo es, el pensar a una población más como masa indiferenciada que como individuos, más como pueblo "que nunca se equivoca y sabe lo que quiere" que como pensamientos independientes. Entonces, por ejemplo, si gana Favaloro más de uno va a salir diciendo que somos así, acomodaticios, que transamos con cualquier gobierno con tal de obtener un beneficio. Pigna quiso terminar con los mitos nacionales y los reforzó aún más, apenas con leves cambios.
Se sabe que los mitos constituyen naciones; la ficción siempre juega un papel. El mito es algo a seguir, y muchas veces es más un gesto que otra cosa. El Che se convirtió en un gesto. ¿Cuántos de sus admiradores seguirían sus pasos, realmente, entregarse por una idea, pensemos lo que pensemos de ella, y olvidarse que a fin de mes hay que pagar la cuenta de la luz y comprarle el regalo a la novia? La rebeldía en la izquierda nacional es un gesto, y un mito tan fuerte como el del Che produce confusiones: se admira la valentía pero se pone el freno ante la aversión que causa la idea de las armas. Una parte de la izquierda acusa a la otra de cagona por ser blandos reformistas. Finalmente, es un faro que nadie sabe bien hacia donde lleva. Si no hay un mito claro, mejor después no llorar y acusar a los otros de complot. Entonces, ser de izquierda se ha convertido en un gesto, una moda, algo aceptado y digerido que nos exime de mayores explicaciones y análisis. Somos duros contra la derecha y nos reímos ante el 11 de septiembre pero nos quedamos en cama si nos duele la panza; aplaudimos la violencia circense de Quebracho y desconfiamos de Binner porque no critica demasiado a Macri. La política entendida como demostración de fuerza y nada de acción. La foto del Che es eso, una foto, demostración de fuerza, pero simboliza una acción que nadie está dispuesta a seguir. En parte, tal vez eso sea mejor, un adelanto cívico. Pero los mitos fundantes no pueden marcar tendencias ambiguas. Si eso es así quiere decir que hay un problema de conciencia y contradicciones difíciles de aceptar que impiden cualquier planeamiento certero.
Nadie se va a morir si gana uno u otro en el programa de Pergolini. Es nada más que un intercambio de figuritas, parecido a la circulación de las ideas en Argentina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola

Es muy bueno lo que decis. Creo que el termino facho se utiliza comno disparador y paralizador. Sos un facho, sos fascista, completamente fascista. No deja espacio a la discusion porque el entro ya entro en el terreno del estigma. Aunque en realidad no deja el espacio a la discusion porque en el 90% de los casos es un boludo

cuando nos vemos!