jueves, octubre 04, 2007

Ventajas de la impureza


Esto es aplicable para ambos sexos. ¿Hay algo más a contramano que cuando alguien del sexo opuesto, y que nos atrae, nos trata como si fuéramos de cartón? No hablo de los debates estériles sobre la amistad entre el hombre y la mujer, hablo sobre cuando una persona que nos parece atractiva nos tiene en un lugar especial de su corazón al precio de cortarnos el pene o taponarnos la vagina. El el momento en el que uno se vuelve tan tan especial que ha perdido su condición sexual. Los/as otros/as no; ellos/as son cerdos ávidos de sexo; vos sos impoluto/a, por eso te quiero. Y eso se espera del especial, que se convierta en una figurita de Sarah Kay. Se es otro, no se nos reconoce como sujetos deseantes y sexuales. Los/as otros/as si, tienen al sexo como parte constituyente de ellos/as; se los trata como iguales por similares características, por más sucios/as y babosos/as que puedan resultar. En definitiva, esa igualdad nos podría hacer terminar en la cama el día menos pensado. No siempre un elogio como punto de partida es más beneficioso a futuro: el sexo y el amor tienen una leve dosis de violencia; allí, él/la puro/a no cuenta. Por otro lado, ¿hay alguna otra cosa que sea percibida más impura que la asexualidad o la virginidad? Esto es, sexualidad como liberación y limpieza y virginidad como acumulación de humores internos e infecciones.
El/la especial no, ese no puede transgredir la regla, no puede hacer ninguna alusión sexual ni por asomo porque mancha superioridad espiritual sobre los demás, aunque a nadie le interese esa superioridad que es tan fría que no tiene la más mínima capacidad de seducción. Es reinar en la nada del espacio exterior. Él/ella son el duende mágico de la tierra de la felicidad (estaba siendo irónico por si no se dieron cuenta, como diría Homero S.).

Moraleja: Es preferible ser un cerdo admirado que un santo ignorado.

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