domingo, junio 15, 2008

Muerte en vida


Me topé con el tema Nik en un muy buen blog que recoge historietas y dibujantes argentinos. Hay una encuesta sobre dibujantes insufribles, en la que el dibujante de La Nación está primero. El autor del blog tampoco lo quiere, detesta a Maitena, pero tampoco gusta de Liniers y de Rep. En el sitio de Majul, una nota escrita por Cicco intenta pensar la razón del odio hacia Nik. No lo critica ni lo defiende, nada más cita.
Estuve alejado del mundo del dibujo durante muchos años (en realidad nunca entré en él), pero ya hace 4 o 5 años que escucho sobre este tema. En 1992 leí un librito que era una recopilación de El Crucero de Noé y me gustó ese estilo limpio y prolijo, hasta me hacía acordar un poco a Quino, quien también lo odia. En esa época seguro que nadie lo odiaba. Después no supe más nada, aunque veía dibujos de Nik hasta en la sopa. Mi relación con el dibujo era meter la cabeza, espiar y no volver hasta dentro de un año. Y un día empecé a escuchar que el tipo es lo peor que hay. Pero el tipo no jode a nadie. Tal vez eso es lo que molesta. Uno ve su sitio e irrita un poco; más que dibujante ya parece una franquicia. Él mismo parece soñar con vivir en un mundo de colores y recuadritos y ser vendido en estanterías. Dibuja en La Nación, y eso hace sospechar a varios. Es muy limpito, parece un nene bien educado. Uno se imagina que se crió en una familia de clase media-alta. Los únicos que lo quieren son los chicos, por ese gatito tan simpático que dibuja. Un reportaje hecho a sí mismo en su sitio, que está entre la ingenuidad y la autoparodia. El tipo no sale de su casa, trabaja con su mujer, tiene a la hija al lado. Todo lo que describe es pegajoso. Habla de timidez, introversión e inseguridad. Es un nerd. No, peor, es un perdedor. Un perdedor al cuadrado. El tipo se hizo todo un camino para que lo quieran tres personas. Más allá de los afanos a chistes de Quino, el tipo suena muy correctito. Su dibujo es prolijo, como hecho por una máquina, no una persona. Es redondito, académico, sin fisuras. Tan dentro de su ejes que aburre. Estudió con dos figuras importantes como Garaycochea y Ferro. Me gustaría saber si ellos dos lo quieren, al menos. Yo salí de la escuela de Garaycochea como un fracasado. Nik triunfó pero escupen en su cara. ¿Es peor eso o haber ganado a costa del odio de la humanidad? Presiento que Nik era el boludo de la clase de chico, y que el dibujo fue la forma de superarse, lo cual no está nada mal. Capaz lo tomaban de nabo sensible y perdedor. Pero tuvo una novia, se casó, tuvo una hija. Llegó alto, les ganó... pero que horrible decepción que ahora, cuando pasaron las burlas del colegio, tiene que sentir el odio en las puertas de su casa. Hay algo limpio en él que no gusta. No tiene onda, seguramente; ese es el tema. Su punto alto fue cuando dibujaba a De La Rúa artereosclerótico y con cara de chupete. Cuando el ex Presidente cayó, quedó como un golpista. Había varios que se pusieron contentos con el quilombo de fines de 2001, la caída del neoliberalismo, y todo eso que no fue, pero Nik era un buen boludo para que se encargara de la criatura. Dibuja para La Nación, y Liniers también lo hace para ese medio; hoy está en lo más alto, aunque algunos ya lo miran con desconfianza. Liniers suena a nerd pero tiene un aspecto sucio, y eso lo redime. Problemas tuvo cuando comparó a la mujer de Barrionuevo, Camaño, con un primate. Suena feo, pero tampoco es el primero en comparar animales con políticos. Pero un mono es peor, es como rebajar a alguien en la escala zoológica, diferente de lo que puede ser una morsa o una tortuga. Aunque dibujar como gorila a alguien también sería un insulto, pero viste como son las cosas... Y Nik no se queja. Se lo ha tachado de fascista, con la arbitrariedad con que se usa ese término para catalogar a alguien que no piensa como uno. Y Nik sigue sin hablar. No debe entender porque lo odian tanto, si otros hacen las mismas cosas que él. De hecho, debe haber miles peores, pero no están expuestos ni tienen plata. Debe ser feo sentir que, finalmente, nunca te adaptaste a vivir con los humanos. "¿Y si me mudo a la República de los Niños?", debe meditar. ¿Liniers odiará al límpido Nik? ¿Verá en él a su alter ego rubio? Y Nik sigue sin contestar, se refugia en su familia, lo único que le importa, según el citado reportaje. ¿Habrá una maldición Nik, que se transmita a su hija? Nik no pudo escapar a su designio. Así como un niño no puede entender porque otros lo molestan, y se vuelve algo contagioso, Nik no puede entender porque hoy, adaptado y millonario, lo siguen molestando. Y se suman multitudes, se contagian el odio hacia él. Es más, los párvulos que hoy buscan su firma en La Feria del Libro, en pocos años lo van a eludir. Sigo sin saber que opina Liniers. Tute, el hijo de Caloi, también está en La Nación, y me parece un dibujante más interesante que Liniers. Maitena odia abiertamente a Nik, pero desconfío de ella: se retiró joven del dibujo porque se cansó. Rep, en su actitud de guerra de guerrillas, creo que odia a todos. A Nik más que a ninguno, a quien califica como un dibujante del sistema. También dijo algo parecido luego de la muerte de Guiznburg, que lo reconocía pero que estaba muy cerca del establishment. Es molesto decirlo. Rep es un dibujante excepcional, original y con un estilo propio, pero a esta altura no me va a decir que piensa que laburar en Página 12 es seguir siendo el Che Guevara. Eso le falta a Nik, parecer rebelde, ser de izquierda con gustos de derecha, usar ropa sucia pero cara, gorrito, dejarse algo de barbita, para no sentir culpa por el capitalismo contra el que despotrico y me llena los bolsillos. Nik no supo que hay que ser sensible y parecerlo, y que ciertas cosas no se tocan. Parecer revolucionario ayuda a la sensibilidad. Las leyes en una escuela y en la vida de adultos son las mismas. Ahora sólo tiene a su mujer; antes, seguramente, sólo tenía a su mamá. Y que Liniers se prepare.

1 comentario:

Paco dijo...

El problema con Nik es que empezó robando de entrada, incluso el nombre Gaturro es un robo a los que lo eligieron mediante un concurso de Cablevisión. Quino también lo detesta, de Garaycochea no sé, si sé que era uno de los que iba a las charlas de la feria del libro donde se juntaban los historietistas que, según Quini y Rep, iban solo con la condición de que no fuera Nik. Y sí, en esas mesas también estaba Liniers. Otra diferencia entre todos esos y Nik, es que él es el único que se sacó fotos con Carlos Menem.