martes, abril 24, 2007

Hechos irrefutables (II)


La tan cacareada cuestión del agua ha tenido buena prensa en los últimos tiempos. Que nos vamos a morir de sed, que vamos a ir por la vida más sucios que un europeo, que falsos turistas yankis nos la roban de a poco, que vienen a la Argentina y, antes de irse del hotel, se llenan la boca del vital elemento y allí queda hasta llegar a su país de origen, que la tercera guerra mundial va a ser por el agua, y la cuarta por los vasos, etc. Pero todo está más cerca de lo que pensamos. El agua faltante no está donde creemos, sino dentro de las mujeres. ¿Nadie se preguntó que hace una oficinista de Buenos Aires, un día de 5 grados a la mañana, tomando agua de una botellita? Desde que Valeria Mazza, hace unos 10 años, advirtió sobre lo prudente que es tomar 20 litros de agua por día para purificar la mente no se hace otra cosa que eso. Se ha comprobado que una dama gasta el 25 % del tiempo de un año en esa actividad. Con sol o con cellisca, allí va el ejército femenino con su botellita plástica, común o tipo mamadera. El éxito de la campaña de Mazza ha traído dos consecuencias: que del antiguo 70 % de líquido que conformaba el cuerpo humano, en el caso de las mujeres, se hay pasado al 90 %, y que las tardanza en los baños femeninos también se haya acrecentado. El agua, o su falta, nos va a terminar matando a todos; a las mujeres por ahogo, a los hombres por deshidratación.
Si el efecto invernadero continúa y los polos se derriten a no asustarse, allí estarán ellas para bebérselo todo.

No hay comentarios.: