domingo, diciembre 03, 2006

The awful truth

Me gusta más el título original que la traducción, La pícara puritana. Esta película de 1937, dirigida por Leo McCarey, la había visto hace 10 años, me había gustado, pero me la había olvidado. Después volví a leer sobre ella, la buscaba y no la encontraba. Justo el canal Retro la pasó y fue un redescubrimiento enorme. Cary Grant e Irene Dunne se quieren divorciar porque ambos son infieles, pero no lo logran, se siguen queriendo uno al otro. Un punto alto de la screwball comedy, sin un minuto de desperdicio. La infidelidad más como un problema social que entre los miembros de una pareja. En el comienzo del film, tanto Dunne como Grant tienen sus vidas paralelas sin mayores problemas, hasta que se dan cuenta que han quedado fuera de lugar ante su grupo social. Grant sigue interrumpiendo en la vida de Dunne, quien quiere volver a la senda correcta casándose con un sureño que vive con su madre. Luego de poner en ridículo y arruinar el futuro matrimonio de Dunne, ella hace lo mismo con Grant en el último tramo de la película. El ruido, más bien, el batifondo, tiene un papel importante y se produce en tres momentos diferentes. En los primeros dos, Grant impide el diálogo entre Dunne y su futuro marido. Hacia el final, la generadora del batifondo es Dunne, con una radio a todo volumen que no se puede apagar, y que marca el final de la hipócrita separación. La diferencia es que los batifondos de Grant se caracterizan como destructivos y los de Dunne constructivos; en definitiva, el de es la recuperación de la felicidad. El hombre propone (caóticamente) y la mujer dispone.
Es un pecado si dejan pasar esta comedia (y Grant confirma que es uno de los mejores actores de todos los tiempos).

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