domingo, junio 24, 2007

Ballotage o balotaje

No he votado a ninguno de los dos candidatos. Y no voy a decir que no me importa nada o que los políticos y la política son una mierda; votar a uno u a otro, o a nadie, solamente es una opción como tantas en una democracia. Por supuesto, se que me van a venir a decir que esa es una forma de votar a Macri, según las interpretaciones al Código Electoral que hace cualquier hijo de vecino. Si por un milagro llegara a ganar Filmus, seguramente vendrían y me abrazarían porque ahí mi sufragio habría cambiado el peso en la balanza. Y, curiosamente, los que se la pasan quejando y diciendo que todos son una mierda, son los que votan más "convencidos" (en contra de); pero eso si, desconfían de todo, matarían a su propio candidato y se volverían anarquistas a sueldo. Ahora, les pregunto a los que votan a Filmus desde abajo de la cama: ¿Creen realmente que la Ciudad va a ser muy diferente en manos de uno o de otro? No creo que uno u otro la vaya a destruir aún más, en principio.
Hablar de falta de ideas en la política ya es un lugar común. Ya no hay ideas fuertes, lo cual, tal vez, sea un buen presagio. Cuando digo fuerte me refiero a esas de molde, obtusas, miopes, que se hunden por su propio peso. Se denuncia la caída de los viejos partidos y el entrecruzamiento como la decadencia de la política argentina, como una falta de pureza, mientras que cualquier ciudadano de medio pelo se cree que hace una revolución cada vez que usa una remera del Che Guevara. Se quiere revolución a toda costa pero sin que nada se mueva de su lugar. Y ahora no me van a decir que del lado de Filmus hay más ideas porque un puñado de artistas ponga la cara y diga que tiene convicciones. Encima con feas fotos, en donde Florencia Peña tiende a Dolores Barreiro, en su peor momento, y María Onetto a María Rosa Fugazot, en su peor momento. Cansa un poco el vicio de hacerse pasar por mejor tipo poniéndose al lado de actores y cantantes, como diciendo: ¿Vieron? Soy sensible, yo los voy a mimar. Los artistas en la Capital suplantan a los bebés besados en el Gran Buenos Aires y en el Interior. Y si del lado de Filmus están las convicciones, no se vieron, son sólo un fantasma bienpensante. Yo creo que nadie, ni él mismo, puede negar que la campaña de Macri fue mucho más medida. Durante estas últimas tres semanas, el Frente para la Victoria, o quienes sean, se gastaron todo el papel en afiches burlones, con doble sentido, ingeniosos; todo para que el PRO siga adelante, presente sus propuestas, y listo. Yo me quiero imaginar que Filmus no debe estar muy feliz con la forma en la que le quisieron dar una mano sus admiradores. Esa gente que nunca se sabe de donde es, que se asoma detrás de una columna y grita algo, o tira un avioncito o una bolita de papel, para luego volver a esconderse, y así el otro se molesta un poquito. No sabían que hacer, se nota. Si ahora el progresista bienpensante que se cree solidario tiene miedo de la horda de millonarios que le van a hacer ejecuciones masivas de indigentes en la puerta de su casa ya sabe a quienes ir a reclamarle. No voy a hablar en contra de Filmus, pero si las convicciones son el miedo y la paranoia, me quedo con las 10 razones que Alejandro Rozitchner dio para votar a Macri, que, por lo menos, expresan algo concreto, no se reducen a un impulso. Ese mismo miedo hace que algunos que se creen más a la izquierda que cualquier otro, que dicen tener ideas muy fuertes, terminan votando a Filmus. Es increíble como se puede pasar tan rápido de la prepotencia militante al cagonismo más absoluto. Bueno, son los mismos que todavía siguen creyendo que el 19 y 20 de diciembre fue un momento glorioso y revolucionario. Ingenuidad, por no decir estupidez. Y otra rareza: muchos de ellos deploraron a Ibarra y ahora votan a un candidato que tiene al susodicho en su lista. ¿Dónde quedó eso de "Ibarra y Chabán la tienen que pagar"? El voto miedo ya ha traído sus buenas consecuencias. Hace un par de año escuchaba a alguien hablar sobre lo mal que había terminado la gestión Ibarra, pero que, bueno, peor hubiera sido que Macri ganara. Pensamiento práctico: Si ganaba Macri moríamos todos; con Ibarra, por lo menos, sacrificamos a 194 y el mal fue menor.
Por último, llama la atención que hayan tenido mejor imagen los vices, tanto Michetti como Heller. De Macri siempre está la duda de si administrará la Ciudad como un maxikiosco y si abrirá la temporada de caza de pobres, y de Filmus se desconfía porque se la sospecha de ser una marioneta constructora de escuelas shopping devenida palomita blanca de la educación gratuita. En cambio, ni a Michetti ni a Heller le han sacado la mugre a la calle, ninguno es sospechado de nada, buenos trabajadores, eficientes, y que se han expresado mejor que sus candidatos a jefe de gobierno. ¿Y si hacen una lista los dos?

1 comentario:

Hoja Mayor del Gomero dijo...

Como corolario a esto, y en un arranque de nostalgia de épocas más simples, podría decirse:

"Qué bellas épocas en que uno era radical, se afiliaba, usaba la boina blanca y no tenía que pensar a quién votar, sino que votaba a su partido"

(y para evitar problemas)

"Qué bellas épocas en que uno era peronista, se afiliaba, usaba un pin con la cara de Perón y Evita y no tenía que pensar a quién votar, sino que votaba a su partido"

Ya no se votan ideologías, se votan productos que cubran una necesidad, real o creada.