viernes, marzo 21, 2008

Semana Pascua

Algo que me llama la atención en el catolicismo es que quienes son criados bajo esa religión, y quienes van a sus colegios, no la siguen. Sin embargo, no se desprenden completamente. En general hay una reacción ante la institución y la enseñanza católica, pero no contra Dios, o contra quien esté arriba. Ni siquiera siguen yendo a misa, porque "yo me comunico con Dios a mi manera". Algunos mantienen la costumbre de no comer carne de vaca en Semana Santa, otros se siguen haciendo la señal de la cruz frente a una iglesia. Algo es claro y ya sabido: el catolicismo ha perdido buena parte de sus feligreses, y el noventa y pico de la población que, según las encuestas, sigue perteneciendo a esa religión es sólo de mínimos gestos. A mí, la verdad, poco me importa que es lo que hay más allá de lo concreto. Si algo hay, no es mi problema. Me resulta ridículo los desilusionados que se desvinculan de la institución pero no del dios, como que hay un grupo de gente que distorsionó a dios, que es otra cosa y quiere otra cosa. Pero tampoco saben lo que dios quiere, porque nunca hablaron con él; es sólo un amuleto. Creo que la idea de uno o más dioses siempre es institucional, tiene que ver con formas de guiar el curso de la historia hacia un lado o el otro, con influir de forma diferente para lograr ciertos objetivos en una cultura. La idea del dios personal es, simplemente, comunicarse con uno mismo, lo cual no está mal, pero ocurre que hablar solo está visto como una costumbre de locos, así que tenemos que meter a alguien en el medio por si alguien nos ve.

Ahora me voy a comer mi huevo de Pascua, relleno de espermatozoides de juguete, una nueva línea para sex-shops que sacó Arrufat.

No hay comentarios.: