sábado, julio 21, 2007

MURIO HUGO MARIA PENETTRI, UN GRAN HIJO DE PUTA



Nadie llora la muerte de este nativo de Córdoba Capital. Hugo María Penettri había nacido el 13 de marzo de 1952, hijo de un empleado de la Municipalidad de Córdoba y de un ama de casa. Luego de terminada la escuela secundaria comenzó a trabajar freelance para diversos diarios de la provincia, hasta que saltó a la Capital Federal, formando parte de las huestes de La Nación y Clarín. En 1971 lanza su primera novela, La bella Eugenia, con la que comenzó un sendero plagado de éxitos, que obtuvo tanto el aval de la crítica como del público lector, hasta llegar a completar 108 relatos, tanto cortos como largos. También incursionó en el teatro, donde destacó con su obra Dos nombres tan italianos; un apellido tan español, en cartel durante 8 años seguidos en la calle Corrientes, con las actuaciones de Gabriela Toscano y Oscar Martínez. Aún son recordadas su aclamada intervención en un debate en la Universidad de Salamanca, transmitida por televisión a más de 30 países, y el curioso record de haber firmado 1028 libros en un sólo día de la Feria del Libro de 1993.
Su estilo romántico indagó en las zonas oscuras de las relaciones sentimentales, tanto sexuales como filiales, en su conexión con los grandes cambios producidos entre los años '60 y el siglo XXI. Las resonancias de distintas épocas literarias atrajeron por igual a intelectuales de la más diversa estirpe, quienes no han dudado, en total concordancia, en nombrarlo como el mejor escritor argentino de los últimos 50 años. Luego de innumerables premios, finalmente le llegó el Príncipe de Asturias en 1996.
Su deceso se produjo a las 2:46 del día de ayer, luego de sufrir un cáncer de pulmón durante los últimos 4 años. A su entierro en el Cementerio de Chacarita asistió sólo su ex esposa; su hijo Cristian vive en Italia hace 5 años y no se lo ha podido encontrar en las últimas horas. Un número importante de celebridades cercanas a Penettri, que formaban su amplio círculo de conocidos, expresaron, por diversos medios, la gran pérdida que han sufrido las letras de Argentina, pero no se lamentaron demasiado por la pérdida humana. Personalidades de todo el mundo, como Ernesto Sábato, Julio María Sanguinetti, Carlos Fuentes, Alejandro Dolina, Joaquín Sabina, Quino, Mercedes Sosa o Paul Auster, entre otras, tuvieron palabras de gran respeto intelectual por el escritor cordobés, y una solicitada publicada en varios diarios, también firmada por esas eminencias, promueve la construcción de un monumento en su memoria en Capital Federal, no en la ciudad de Córdoba, donde ha sido catalogado como "un traicionero que le dio la espalda a su lugar natal una vez que las luces del Centro lo deslumbraron". La admiración hacia Penettri se tradujo en elogios puramente intelectuales, ya que como persona dejaba mucho que desear.
Penettri nunca incurrió en vicios como el alcohol o las drogas. Sin embargo, fue conocida su tendencia a golpear mujeres, aún mejor si eran prostitutas, y a manosear a las hijas de sus conocidos, siempre y cuando tuvieran menos de 12 años. Su gran inteligencia y sagacidad no se correspondieron su vida social, repleta de peleas iniciadas por él mismo, por él sólo hecho de que despreciaba al género humano. Su sentido de la amistad era ambiguo, al punto de dejar en la calle a más de uno gracias a pequeñas estafas. Amaba robar por robar. Para él, lo mejor de la compañía era el rédito que pudiera sacar. No le agradaban las largas sobremesas, compartir un café o un partido de fútbol, solamente sobresalir, sobrar al que tenía enfrente. Beatriz Sarlo, en un dossier aparecido en Punto de Vista, lo calificó como "un cerebro de oro inserto en una basura humana". La ensayista confesó haberse enamorado de su gran inteligencia, pero fue rechazada bruscamente por el escritor, luego de calificarla de "zurda de mierda". En 1976 formó parte Juventudes para el Progreso, grupo que apoyaba al entonces presidente de facto Jorge Rafael Videla, y pretendía ser el brazo intelectual para convertir al Proceso en un proyecto de país. En el regreso de la democracia, cuando Jorge Luis Borges se arrepintió de haber apoyado al gobierno militar luego de enterarse de los horrores ocurridos, Penettri lo calificó de "viejo blando y estúpido" por retractarse.
Uno de los intelectuales argentinos más prestigiosos, que ayudó a pensarnos profundamente a través de sus ficciones, ha muerto. Un hijo de puta odiado por todos, una mala persona. Por eso a su entierro fue sólo su ex esposa, nada más que para escupir en su tumba.

Fuente: La Voz de mi Interior.

1 comentario:

Paco dijo...

De este no tengo libro autografiado, que lo parió!