lunes, marzo 19, 2007

Como quieres que me vista


Ayer abrí la revista de La Nación y me encontré con una publicidad de esa marca de nombre rebuscado, Como quieres que te quiera, dirigida a las adolescentes, y un poco menos también (lo que Lewis Carroll llamaría nínfulas). Quienes conozcan este blog recordarán un artículo aún más viejo que este, ¿Es usted una bolúa?, escrito algún día de octubre de 2005, inspirado en un aviso de la marca en cuestión, y algo también aparecía en una nota sobre el estreno de María Antonieta.
Como quieres es el sumum en la tribu de la bolúa. El nombre es el mismo de un ya viejo tema de la cantante Rosario, cuando muchas de las bolúas ni sabían atarse los cordones. Igual, es el tema perfecto para imaginarse a la bolúa con cara melancólica, la cabeza torcida, mirando para arriba, con su vinchita, moñito o flor en la cabeza, haciendo pucherito, semejante a las estampas que se ven de la cultura fotolog.
Este aviso para su temporada otoño-invierno presenta a tres bolúas vestidas como pupilas de un colegio religioso francés, con toques rojos; a la bolúa le gusta mucho el rojo dosificado. También tiene algo retro, también, porque, ante todo, este espécimen es posmoderno.
Esta publicidad me dio curiosidad por saber algo más. Algunas veces había pasado por el local que tiene en Shopping Abasto y era sorprendente, un local de madera, una casita de cuento, unos trapitos colgados de un soporte, ni siquiera un maniquí, dignos de un huérfano de Dickens, pero con un precio de Galería Lafayette, bolúas de particular parada (suelen ser de mucho culo y escaso pecho, o nulo, aún las más grandes) con sus madres, buscando entre las perchas... Su sitio de Internet es aún más soprendente (www.comoquieres.com.ar), un amasijo rococó empalagoso y barroco. Otra curiosidad, la bolúa disfruta de la pesadez del ornamento, pero, a la vez, se tiene la liviandad de una pluma. Por este sitio me entero que la empresa es muy nueva, de 2004. No digo más sobre el caso, entren y sorpréndanse.
Algo más. A no engañarse, la bolúa, como buen artificio, no es aristócrata, simula pertenecer a una cierta clase. Digo esto porque unas páginas más atrás de la revista había un aviso de Patisserie, una marca paquetísima dirigida a un reducido público infantil, de ropas sobrias y elegantes; distinto de la bolúa, que destaca cuanto más suma. En comparación, Como quieres es una reverenda mersada.